Australia implementará a partir del 10 de diciembre la primera ley del mundo que prohíbe el acceso a redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok y Reddit a menores de 16 años, con multas de hasta 32 millones de dólares para las plataformas que no cumplan.

Una ley marcada por la historia de Ollie

La iniciativa cobró fuerza tras el caso de Ollie, un adolescente que murió por suicidio después de enfrentar acoso en línea y contenido dañino sobre trastornos alimentarios. Su madre, Mia Bannister, convirtió su dolor en una campaña que impulsó la regulación.

“Era mi mejor amigo. Era mi mundo”, relata la mujer, quien asegura que las plataformas tienen responsabilidad por ofrecer contenido sin filtros y sin controles adecuados.

El uso intensivo y el impacto en la salud mental

Un estudio de Mission Australia revela que 97% de los adolescentes usa redes sociales diariamente, y casi la mitad pasa más de tres horas al día en línea. Quienes permanecen menos tiempo presentan un mayor bienestar emocional y mejor conexión social.

Críticas a la propuesta y dudas sobre su implementación

Aunque el gobierno defiende la medida como una herramienta para reducir el daño digital, expertos y plataformas tecnológicas cuestionan su efectividad.
Académicos como Catherine Page Jeffery advierten que la prohibición puede limitar habilidades digitales y dejar fuera a jóvenes que usan las redes para crear, expresarse y aprender.

Además, se cuestiona cómo las plataformas verificarán la edad de los usuarios y qué mecanismos se utilizarán para garantizar el cumplimiento.

Excepciones y retos para familias e influencers jóvenes

Diez aplicaciones, entre ellas Pinterest, Roblox y WhatsApp, quedaron inicialmente fuera de la prohibición, aunque podrían añadirse más adelante.

El caso de Ava Chanel Jones, una niña de 12 años que usa Instagram para impulsar su carrera como modelo, abre el debate sobre las oportunidades que los menores podrían perder con la nueva ley.

Una herramienta para combatir el acoso digital

La comisionada de seguridad digital, Julie Inman Grant, reconoce que la ley no resolverá el problema de inmediato, pero considera que es un paso “potente” para frenar el acoso y proteger a los menores.

Para Mia Bannister, la medida llega tarde para su hijo, pero espera que ayude a “salvar a otros niños” a través de su labor de concientización sobre seguridad digital y trastornos alimentarios.