“Persépolis” es una novela gráfica autobiográfica de Marjane Satrapi, publicada originalmente en francés entre 2000 y 2003, que se convirtió en uno de los cómics más influyentes de las últimas décadas.
Marjane Satrapi convierte parte de su infancia en un relato sobre revolución, guerra, exilio e identidad femenina. Persépolis ofrece una mirada crítica sobre la revolución islámica en Irán y sobre la forma en que un régimen autoritario impacta de manera directa en la vida de las mujeres.
Qué es Persépolis y quién es Marjane Satrapi
La obra Persépolis nació como una serie de tomos publicados en francés entre 2000 y 2003 y luego se reunió en formato integral. La propia Satrapi escribe e ilustra esta novela gráfica autobiográfica y cuenta una ficción inspirada en su vida desde los diez hasta los veinticuatro años, esto en palabras de la propia autora. Por eso, la historia arranca en Teherán, en plena caída del sha, y avanza hasta su decisión de marcharse definitivamente a Europa.

En cada capítulo, la autora mezcla recuerdos familiares, momentos domésticos y grandes acontecimientos históricos. La revolución islámica, la guerra Irán–Irak y el exilio en Europa atraviesan la trama, pero siempre desde la perspectiva de una niña y luego una joven que intenta entender un país que cambia a toda velocidad. De esta forma, la obra acerca la historia de Irán a lectoras y lectores que quizá nunca se han asomado a ese contexto.
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Argumento: de la infancia en Irán al exilio en Europa
En la primera parte, Marjane niña vive en una familia progresista, politizada y de clase media alta. Asiste a manifestaciones, escucha conversaciones sobre presos políticos y observa cómo el nuevo poder religioso impone el velo y recorta libertades. En la escuela, la protagonista presencia cambios bruscos en los libros de texto, en las normas y en el trato a las niñas.

Más adelante, la guerra Irán–Irak llega a la ciudad con bombardeos, alarmas y pérdidas. La vida cotidiana se llena de contradicciones: fiestas clandestinas, rock censurado, ropa “prohibida” y, al mismo tiempo, un control cada vez más fuerte sobre el cuerpo y la conducta de las mujeres. Ante este clima, su familia decide enviarla sola a estudiar a Europa. Persépolis nos cambia entonces de escenario y muestra un exilio lleno de racismo, precariedad y soledad.
Identidad, feminismo y choque cultural en Persépolis
Durante su paso por Austria y luego en su regreso a Teherán, Satrapi narra una lucha constante por definir quién es. La autora muestra cómo el entorno europeo la mira solo como “chica iraní” y la reduce a estereotipos, mientras que en Irán enfrenta la presión de un sistema que marca cómo debe vestir, amar y comportarse. Así, Persépolis explora la idea de no pertenecer del todo ni a Oriente ni a Occidente.

En ese recorrido, la novela gráfica se cruza con la fuerza femenina de una protagonista que cuestiona tanto la moral religiosa como el paternalismo occidental. La autora deja claro que las mujeres iraníes no se reducen a víctimas pasivas. Al contrario, la obra subraya su capacidad de resistencia, de humor y de crítica frente a un entorno que intenta definirlas desde fuera.
Estilo visual: blanco y negro con impacto político
El dibujo de la novela destaca por su aparente sencillez. La obra utiliza un blanco y negro muy contrastado, figuras casi simbólicas y fondos sobrios. Ese estilo visual refuerza el tono de fábula política y, al mismo tiempo, permite que el peso recaiga en los gestos y en los diálogos. Gracias a esta elección, las escenas de violencia o represión resultan incluso más contundentes.

Además, Satrapi cuenta su historia mediante capítulos cortos que funcionan como pequeñas viñetas de memoria. Cada escena captura un momento clave: una charla con la abuela, una bomba en el vecindario, un comentario racista en Europa o una discusión con las autoridades universitarias. Este formato fragmentado mantiene un ritmo ágil y facilita que Persépolis conecte con lectores que no suelen acercarse al cómic.

Adaptación al cine y recepción internacional
El impacto de Persépolis trascendió rápidamente el formato impreso. La propia Marjane Satrapi codirigió una adaptación animada que compitió en festivales internacionales y obtuvo premios importantes, además de una nominación al Óscar a mejor película de animación. Esta versión cinematográfica trasladó el dibujo en blanco y negro a la pantalla y amplió todavía más el alcance de la historia.
Al mismo tiempo, la crítica la sitúa entre las grandes obras del cómic contemporáneo. Listas de mejores libros de no ficción y guías sobre cómics feministas destacan el título como ejemplo de cómo una historieta puede abordar política, religión, violencia y género sin perder la voz personal. Las ventas internacionales y las múltiples traducciones consolidan a Satrapi como una autora clave para entender el potencial del medio gráfico.

