La Banda Sinfónica Luis Luna Guarneros engalanó la Sala de Conciertos del Palacio de la Música con un emotivo recital titulado “Sendas Sonoras”, dentro del Otoño Cultural 2025 organizado por la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta). El público disfrutó de un recorrido sonoro que transportó a distintas regiones del país, resaltando la diversidad cultural mexicana.
Un viaje sonoro bajo la batuta de destacados directores
El concierto estuvo dirigido por el maestro Todor Ivanov, director titular, y el maestro David Pérez Olmedo, director huésped. La velada presentó una selección de obras de compositoras y compositores mexicanos, incluyendo el estreno de dos piezas originales del yucateco Darwin Valencia Rodríguez: La Fábula y Sendero al Circo. Ambas composiciones recibieron prolongados aplausos como muestra del reconocimiento del público a la creatividad y talento local.
Homenaje a la música orquestal mexicana
“Sendas Sonoras” fue concebido como un homenaje a la música orquestal mexicana, rescatando ritmos tradicionales e imaginarios populares a través de sones, fandangos, danzones y música para bandas de viento. El programa destacó la sensibilidad artística de las y los integrantes de la Banda Sinfónica, quienes ofrecieron interpretaciones llenas de matices y dinamismo.

Diversidad y talento sobre el escenario
El repertorio incluyó obras de Rodrigo Loman, Nubia Jaime, Carlos Olvera y Ricardo Ramírez Durán, además de una adaptación realizada por Bonifacio López Morales sobre una pieza de Amador Pérez, con arreglos que combinaron el son, el fandango y la música popular mexicana, enriqueciendo la propuesta musical de la noche.
Reconocimientos y reflexiones sobre el arte sonoro
Durante una pausa del concierto, la titular de la Sedeculta, Patricia Martín Briceño, entregó un reconocimiento al maestro David Pérez Olmedo por su participación en el Otoño Cultural 2025 y por sus aportaciones en la formación artística de la orquesta.
El maestro Pérez Olmedo destacó la dimensión humana y universal de la música, señalando que “la música, en cada época, representa un testimonio de lo que los compositores sienten y viven”. Asimismo, subrayó que “una vez que los compositores ponemos la última nota, la música deja de pertenecernos y pasa a ser de todo el país y de todas las personas”.

