Con el objetivo de evitar que sitios abandonados pongan en riesgo la seguridad y la salud de las infancias y familias meridanas, el Ayuntamiento de Mérida intensificó los operativos para intervenir en predios baldíos y construcciones abandonadas que se han convertido en refugio de personas en situación de calle o con problemas de adicción, especialmente en zonas cercanas a escuelas.
Carmen González Martín, directora de Gobernación municipal, explicó que las lluvias recientes propiciaron el crecimiento de la maleza y el abandono de numerosos terrenos, lo que ha generado preocupación entre los vecinos.
“Muchos de estos predios tienen construcciones endebles o antiguas donde se ha metido gente a ocuparlos. A veces son personas que no tienen dónde vivir, pero otras veces se trata de individuos que delinquen o consumen sustancias, y eso se vuelve un verdadero problema para la comunidad”, señaló.
Intervenciones en colonias cercanas a escuelas
La funcionaria indicó que la comuna ha respondido a los reportes ciudadanos mediante intervenciones directas, sobre todo en colonias como San Cayetano, donde recientemente se atendieron varios predios baldíos ubicados cerca de un kínder.

“Ya llevamos intervenidos varios de estos predios alrededor de escuelas, donde se habían metido personas consumidoras de sustancias. Los estamos cerrando, limpiando y colocando una manta para notificar al propietario y garantizar la seguridad de todos los vecinos”, explicó.
Actualmente, el ayuntamiento mantiene un censo de más de tres mil 500 predios baldíos en distintos puntos de Mérida. González Martín exhortó a los dueños a mantenerlos limpios, ya que la maleza no solo favorece la proliferación de fauna nociva y mosquitos, sino que también obstaculiza la visibilidad vial.
“La maleza tapa los altos, los semáforos y las señaléticas importantes para los conductores y peatones. Eso representa un verdadero riesgo”, advirtió.
Predios abandonados y consumo de drogas
El problema de los predios abandonados cobra relevancia en el contexto actual de aumento en los casos de consumo de drogas en Yucatán.
De acuerdo con datos del Centro de Integración Juvenil (CIJ), el 64 por ciento de los jóvenes atendidos en lo que va del año reportó haber consumido metanfetaminas (cristal) alguna vez en su vida, una cifra que supera la media nacional.
Además, el consumo de esta sustancia representó el 67.4 por ciento de los casos tratados en centros de rehabilitación en 2024, casi el doble de lo que se registraba en 2020.
A nivel estatal, se estima que el 9.1 por ciento de la población presenta algún tipo de adicción al alcohol o tabaco, y alrededor del 1 por ciento enfrenta problemas relacionados con drogas ilícitas.
“Estos espacios abandonados muchas veces se vuelven cuevas de delincuencia y consumo de sustancias”, reconoció González Martín. Por ello, subrayó que el municipio ya trabaja con la Secretaría de Seguridad Pública para aplicar la normatividad correspondiente y proceder con sanciones administrativas a los propietarios que mantengan en malas condiciones sus terrenos.

Multas y acciones de prevención
La directora adelantó que la alcaldesa presentará próximamente un nuevo programa de multas para predios baldíos, con el objetivo de fortalecer la aplicación del reglamento de sanidad y limpieza.
“Las sanciones ya existen, pero ahora estamos aplicándolas de forma más directa. Cada semana atendemos casos de personas que vienen a regularizar la situación de sus predios, algunos porque ya fueron multados. Y eso es bueno, significa que las multas están dando resultados”, afirmó.
Cuando los predios representan un riesgo inmediato, precisó, el ayuntamiento procede a cercarlos con malla ciclónica, lo que genera un costo que posteriormente deberá cubrir el propietario.
“Tenemos que garantizar la seguridad de todas y todos los vecinos. Intervenimos con apoyo de la Policía Municipal y de los propios vecinos, quienes nos avisan en qué horarios hay presencia de personas dentro de los terrenos”, agregó.
Finalmente, González Martín aclaró que el objetivo de estas acciones no es sancionar, sino preservar una Mérida limpia, segura y ordenada, sobre todo durante la temporada de lluvias, cuando los baldíos pueden convertirse en focos de infección o en espacios propicios para actividades ilícitas.


