El reloj corre y la urgencia es tangible. A pocas horas de la celebración del Janal Pixan, la ancestral comida de las ánimas, el mercado Lucas de Gálvez se ha transformado en un laberinto humano saturado de aromas, voces y apuros. Cientos de yucatecos se han lanzado a esta central de abastos para cumplir con la misión más importante: conseguir los últimos ingredientes para el altar y, sobre todo, para el invitado de honor de la mesa: el monumental pib o mucbipollo.
Fiebre de compras y precios al alza
La cacería es frenética y los compradores asumen la travesía con una mezcla de resignación y fervor. Los pasillos están a tope, forzando a la clientela a un cuerpo a cuerpo mientras buscan el mejor precio en un contexto de alzas.

“Tienes que caminar y preguntar. Es la única forma de no pagar de más, aunque termines sudando la gota gorda”, comenta Don Ricardo, quien empuja su carrito con esfuerzo, concentrado en la sección de ingredientes.
El bolsillo, sin embargo, ya siente el impacto. La hoja de plátano, esencial para envolver el pib, ha dado un salto dramático, pasando de unos 25 pesos a venderse hasta en 38 pesos. El espelón, ese frijol tierno que da el toque perfecto al relleno, alcanza los 90 pesos el kilo, mientras que el medio litro de manteca se coloca en 60.
Tradición que no se negocia
La repostería no se queda atrás. Los dulces típicos de calabaza, camote y papaya, así como los tradicionales mazapanes de pepita, subieron 5 pesos en promedio.
“Sabemos que el precio sube, es ley. ¡Pero es el Janal Pixán! Nuestros difuntos no van a comer cualquier cosa”, sentencia Doña Elena, mientras atiende su puesto de dulces.

“Lo bueno es que la gente cumple. A pesar del precio, la tradición no se negocia. Este día vendemos el trabajo de un año.”
Tradición viva en el corazón de Mérida
Este abarrotado Lucas de Gálvez no es solo un mercado; es el corazón económico y cultural latiendo a toda velocidad. Es la manifestación de que, sin importar la dificultad o la multitud, en Yucatán, honrar a los difuntos sigue siendo una prioridad sagrada.








