Aunque Yucatán es una tierra en la que la muerte se honra con altares, flores y comida tradicional, aún persiste un vacío cuando se trata de hablar de ella desde lo emocional, reveló la psicóloga especializada en tanatología Mildred Santos López, quien afirmó que los yucatecos “convivimos con la muerte desde la tradición, pero no desde la reflexión”.
“La gente participa con devoción en los Hanal Pixán, visita los cementerios y recuerda a sus difuntos, pero pocas veces se detiene a pensar en lo que implica morir o acompañar una muerte. No solemos prepararnos emocionalmente para el final de la vida”, explicó la especialista a 24 HORAS Yucatán.
La falta de preparación emocional
Según comentó, la cultura local celebra la memoria, pero evita la conversación directa sobre la pérdida, lo que muchas veces deja a las personas sin herramientas cuando llega el momento.
Para Santos López, hablar de una “cultura de preparación” ante la muerte en Yucatán es todavía un tema pendiente. Prepararse no significa asumirla con miedo, aclaró, sino hacerlo con conciencia:
“Compartir deseos, hablar del propio final, dejar claras las voluntades y permitir que los seres queridos conozcan lo que uno espera cuando llegue el momento. Mientras no se hable de la muerte, seguirá siendo un tabú, algo que nos toma desprevenidos”, lamentó.

Creciente interés en acompañamiento profesional
La tanatóloga observó, sin embargo, que cada vez más personas buscan apoyo profesional después de una pérdida, especialmente cuando esta ocurre de forma inesperada o violenta. “En los últimos años he visto un aumento en las consultas, aunque todavía hay quienes piensan que el duelo debe vivirse solo, sin ayuda”, señaló.
En ese sentido, aseguró que el acompañamiento psicológico o tanatológico puede marcar la diferencia entre un duelo que se estanca y uno que permite sanar y resignificar la ausencia.
Reflexión sobre la conservación de cenizas
Sobre la costumbre de mantener las cenizas de los seres queridos en casa, Santos López indicó que no existe una regla fija, pero sí considera importante reflexionar sobre el motivo:
“Para algunas personas, tener las cenizas ofrece consuelo; es una forma de sentirse cerca. Pero en otros casos puede ser un obstáculo, porque se vuelve difícil aceptar la ausencia cuando lo material permanece tan presente”, advirtió.

Recomendó que esta decisión se tome como parte de un proceso consciente, con un sentido simbólico y no solo como una obligación familiar.
Consejos para enfrentar las pérdidas
La especialista ofreció algunos consejos para enfrentar las pérdidas: hablar abiertamente de la muerte, reconocer el duelo sin prisa, buscar apoyo profesional y mantener rituales o espacios que den sentido al recuerdo. “El objetivo no es olvidar, sino aprender a vivir con la ausencia”, dijo.
Santos López subrayó que, aunque la muerte es inevitable, prepararse para ella es un acto de amor hacia uno mismo y hacia los demás. “Cuando la aceptamos como parte natural de la vida, el miedo disminuye y el recuerdo se transforma en algo que nos acompaña sin lastimar”, concluyó.

