Río de Janeiro vivió escenas de guerra durante la operación policial más letal en su historia reciente, que dejó al menos 64 muertos, entre ellos 60 presuntos criminales y cuatro agentes. El Operativo Contención, implementado por las autoridades locales, tuvo como objetivo combatir al Comando Vermelho, la mayor organización criminal que opera en las favelas de la ciudad.
El gobernador Cláudio Castro confirmó que la intervención, con la participación de 2,500 policías, se desarrolló en las zonas norteñas de la urbe, donde hubo tiroteos, incendios y bloqueos viales.
"Es así como la policía de Río de Janeiro es recibida por los criminales: con bombas lanzadas por drones. (...) Es narcoterrorismo", expresó Castro en sus redes sociales.

Caos y temor entre los habitantes
Las ráfagas de disparos aterrorizaron a la población. Comercios, escuelas y vías principales permanecieron cerradas. Más de 85 centros educativos suspendieron clases, mientras que el transporte público fue paralizado debido a barricadas levantadas con más de 50 autobuses.
Una habitante de la zona, que prefirió mantener el anonimato, relató: "Está todo el mundo aterrorizado porque es mucho ruido de disparos".
El operativo provocó escenas de tensión en las favelas Vila Cruzeiro y Penha, donde agentes armados custodiaban a decenas de detenidos, muchos de ellos jóvenes descalzos y sin camiseta.

Durante la acción, se incautaron 100 fusiles y media tonelada de drogas, mientras helicópteros sobrevolaban el área.
Reacción internacional ante la violencia
La magnitud del operativo provocó una ola de críticas internacionales. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU se dijo “horrorizada” por los hechos y recordó al gobierno brasileño sus “obligaciones bajo las leyes internacionales”.
Por su parte, César Muñoz, director de Human Rights Watch en Brasil, calificó la operación como “una enorme tragedia” y pidió una investigación que esclarezca cada una de las muertes registradas.
Asimismo, una coalición de 30 organizaciones civiles, entre ellas Amnistía Internacional, declaró que el operativo “expone el fracaso de las políticas estatales de seguridad” y mantiene a la ciudad “en un estado de terror”.

El gobierno federal convoca reunión de emergencia
Mientras el presidente Luiz Inácio Lula da Silva regresaba de un viaje oficial por Asia, varios ministros se reunieron en Brasilia para analizar la crisis. Las autoridades federales anunciaron una comitiva especial que viajará a Río de Janeiro para sostener una reunión de emergencia con el gobernador Castro.
La operación, considerada la más grande en la historia de Río, cubrió “un área del tamaño de dos Copacabanas enteras”, según las autoridades locales, que justificaron la acción como una respuesta a la escalada del crimen organizado en la región.

Información: AFP

