El Pan de Muerto, símbolo del Día de Muertos en México, sigue siendo una de las tradiciones más arraigadas del país. Este año, el sector panificador prevé ventas de hasta 1,000 millones de pesos, una cifra que refleja la fuerza de esta costumbre.
Auge del consumo y recuperación de la tradición
Julián Castañón Fernández, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, Pastelera y Similares de México (CANAINPA), explicó que hace 25 años existía preocupación porque el Halloween estaba desplazando las costumbres nacionales. Sin embargo, “hoy las cosas han cambiado”, señaló.
De acuerdo con Castañón, “desde hace un par de décadas varios sectores nos pusimos a trabajar por el Día de Muertos, entre ellos los panaderos, y hubo dos películas que catapultaron de nuevo la celebración: Spectre 007 y Coco de Disney”.
Estas producciones ayudaron a revitalizar la tradición y a impulsar el consumo del Pan de Muerto, que cuenta con más de 900 variedades en todo el país.
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Variedad y significado cultural del Pan de Muerto
En México, existen panes de muerto de sabores, rellenos, dulces y salados, lo que muestra la diversidad gastronómica de la nación.
La industria panificadora emplea a más de 530 mil personas, mientras que la cadena trigo, harina y pan reúne más de un millón de trabajadores, lo que representa el 3.5% del PIB nacional.

Crecimiento sostenido en ventas
Este año, el sector espera un incremento superior al 6% respecto a 2024. Castañón destacó que el oficio del panadero se transmite de generación en generación, preservando recetas y técnicas familiares.
También explicó que la temporada de consumo se extiende entre 30 y 40 días antes del 1 y 2 de noviembre, aunque algunos centros comerciales inician la venta del Pan de Muerto meses antes.
“Honremos y disfrutemos nuestras tradiciones, consumamos pan de muerto hecho en la panadería tradicional, en las panaderías locales”, exhortó el líder de CANAINPA.
Un producto distinto a la Rosca de Reyes
El presidente de la Cámara aclaró que, a diferencia de la Rosca de Reyes, el Pan de Muerto tiene una etapa de consumo más amplia, pero ambas son consideradas joyas de la panadería mexicana.
Por otro lado, el pan blanco —como bolillo, telera y pan de caja— representa el 81% de la preferencia de los consumidores, mientras que el pan dulce abarca el 19%.
“Estas cifras reflejan que el consumidor mexicano busca versatilidad y practicidad”, puntualizó.
Información: Emanuel Mendoza / 24 Horas

