El municipio de Valladolid tiene todo para convertirse en un modelo regional de movilidad activa.
Siempre y cuando las autoridades locales aprovechen la oportunidad de encaminar su crecimiento urbano hacia un esquema que privilegie al peatón y al ciclista, aseguró el arquitecto y urbanista Juan Carlos Rojo Carrascal.
El futuro de la movilidad
El especialista participó en el foro “Las ciudades que soñamos”, realizado durante cuatro días en Mérida y Valladolid.
Donde se discutieron temas como el futuro de la movilidad, la seguridad vial y los retos del ordenamiento territorial.
En su intervención, Rojo Carrascal destacó que, mientras Mérida enfrenta serias consecuencias por el crecimiento expansivo que fomenta la dependencia del automóvil, Valladolid aún está a tiempo de evitar esos errores.
“Valladolid es una ciudad cuya escala lo permite, con un ambiente que puede impulsar el uso de la bicicleta y que ya muestra un entusiasmo muy fuerte por estas modalidades. Ciudades pequeñas como esta tienen todo para salir adelante y minimizar el uso del automóvil”, expresó.
Vida comunitaria con impacto
El urbanista explicó que, a diferencia de la capital yucateca, donde no se ha consolidado una infraestructura suficiente para ciclistas y peatones.
En Valladolid las distancias cortas, el tejido urbano compacto y la vida comunitaria abren la posibilidad de generar un cambio cultural hacia formas de movilidad más sostenibles.
No obstante, advirtió que para lograrlo es indispensable un plan municipal de ordenamiento territorial actualizado.
Que defina límites claros para el crecimiento urbano y contemple la creación de parques, áreas verdes y vialidades que favorezcan la movilidad activa.
“Sé que existe un plan, pero me comentaron que no está publicado. Es urgente contar con un instrumento que proteja a la ciudad de un desarrollo desordenado y que no la entregue literalmente al automóvil”, opinó.
Retos de seguridad vial
El foro inició en la sede del Cinvestav en Mérida con conferencias sobre movilidad y futuro de las ciudades, continuó en la Universidad Modelo con un análisis de la movilidad activa, y concluyó en Valladolid, donde se abordaron los retos de la seguridad vial.
“El automóvil se ha facilitado demasiado en Mérida, y eso ha provocado que no prospere el uso de la bicicleta o caminar como alternativas viables. Valladolid todavía puede tomar otro camino”, reiteró.
El papel de los estudiantes, resaltó, será fundamental en este proceso. Según relató, varios jóvenes expresaron que necesitan más infraestructura para animarse a usar la bicicleta, a lo que él respondió que no deben esperar a que todo esté resuelto:
“En Valladolid los riesgos no son tan altos, lo que hace falta es que suceda. Entre más gente use la bicicleta, más crecerá la demanda de infraestructura y, al mismo tiempo, los automovilistas aprenderán a respetar al ciclista”.
Finalmente, Rojo Carrascal dijo llevarse una “grata sorpresa” de Valladolid, una ciudad que consideró con “muchísimas posibilidades de rescate” en movilidad y calidad urbana.
“Ojalá y las autoridades lo vean así y no dejen caer esta ciudad en los vicios en los que caen las grandes urbes por el crecimiento expansivo, que al final solo trae problemas”, concluyó.