El Gobierno de Yucatán trabaja en la creación de un sistema propio de monitoreo de calidad del agua en tiempo real, con el objetivo de contar con información más precisa y oportuna que permita atender de inmediato los problemas de contaminación que afecten a las comunidades.
Lo anterior fue anunciado por la titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Yucatán, Neyra Silva Rosado, quien señaló que la contaminación del agua no solo proviene de las granjas porcícolas, sino también de la descarga de aguas residuales humanas.
“Lo que buscamos es tener datos certeros y actualizados que nos permitan tomar decisiones más rápidas y mejor informadas. Muchas veces dependemos de que el monitoreo lo hagan instituciones académicas o ajenas al gobierno, y eso significa perder tiempo valioso. Lo que buscamos es tener datos certeros y actualizados para tomar decisiones más rápidas y mejor informadas”, declaró la funcionaria.
Clausura de la granja porcícola y traslado de animales
El anuncio se da luego de la clausura de la granja porcícola de Santa María Chi, donde actualmente se realiza la reubicación paulatina de los animales, a cargo de la propia empresa, mientras las autoridades estatales y federales supervisan el manejo de aguas residuales.
Silva Rosado recalcó que buscan garantizar que los animales sean trasladados a otras instalaciones para evitar un problema mayor de salud pública.
“No podemos dejar que los animales se mueran ahí porque vamos a tener entonces un problema mayor de salud. La empresa es la que decide hacia dónde canalizarlos, pero el traslado tiene que hacerse pronto”, explicó.
Aunque no detalló cuántos animales siguen en la granja ni las fechas exactas para la culminación del traslado, apuntó que este proceso está bajo supervisión de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), instancia encargada de la clausura.
Coordinación entre autoridades y comunidades
Silva Rosado destacó que el tema del agua no puede atenderse de manera aislada, sino en conjunto entre gobierno estatal, autoridades federales, municipios y centros de investigación. En el caso de Mérida, dijo que mantienen un trabajo coordinado con la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, quien ha manifestado preocupación por el saneamiento de las fuentes hídricas.
“En el área de Mérida debemos ser muy respetuosos de hasta dónde nos corresponde intervenir y dónde entra la competencia municipal. Pero en todos los casos el agua es un asunto que nos compete a todos”, sentenció.
La funcionaria también aclaró que no toda la contaminación en zonas como Santa María Chí proviene de la actividad porcícola. Muchas veces, aseguró, son las propias comunidades las que descargan aguas residuales humanas directamente en pozos o cenotes.
“Existe la percepción de que la mayor contaminación proviene de las granjas, pero no siempre es así. También hay un fuerte impacto de la actividad urbana, por lo que debemos trabajar de manera integral en mejorar el saneamiento”, reiteró.
En Yucatán, donde los suelos son kársticos (contienen escasa materia orgánica), los compuestos contaminantes se infiltran con facilidad hacia el manto freático, indicó el investigador Francisco Bautista.