Foto: Juan Manuel Contreras

Por primera vez en la historia, el Vaticano reconoció la participación de católicos y católicas de la diversidad sexual en el marco de las celebraciones del año jubilar. Este 6 de septiembre, en Roma, se llevó a cabo una peregrinación en la que las y los fieles atravesaron la Puerta Santa como parte de la tradición jubilar.

Voz desde Yucatán

El padre Raúl Lugo Rodríguez, rector de la iglesia de La Candelaria en Mérida, destacó que este hecho marca un antes y un después dentro de la Iglesia Católica:

“Es primera vez en la historia que en una lista oficial del Vaticano se menciona al colectivo. Estamos muy contentos porque es una cosa verdaderamente inédita y tenemos el gozo de estar experimentándolo aquí en Yucatán, siguiendo las huellas del Papa Francisco”, expresó en entrevista con 24 HORAS Yucatán.

Católicos de la diversidad sexual participan en el Año Jubilar del Vaticano
Foto: Juan Manuel Contreras

Réplica en Mérida

Como parte de la réplica local de este gesto simbólico, en Mérida se llevó a cabo una peregrinación en la que participaron cerca de 30 personas pertenecientes al grupo Corazón Abierto, que acompaña pastoralmente a personas de la diversidad sexual.

La caminata partió del Pasaje de la Revolución y se dirigió hacia la Catedral de San Ildefonso, donde las y los participantes reafirmaron su fe y su pertenencia a la Iglesia.

Mensaje de inclusión

Lugo Rodríguez subrayó que lo ocurrido en Roma y ahora en México envía un mensaje de inclusión:

Queremos que la presencia de los católicos y católicas de la diversidad sexual sea visible, para que se sepa que no hay ningún obstáculo para que una persona con orientación diversa pueda cultivar y practicar su fe”, sentenció.

Católicos de la diversidad sexual participan en el Año Jubilar del Vaticano

Camino de apertura

El sacerdote recordó que este avance se enmarca en un proceso más amplio de comprensión y apertura que no solo compete a la Iglesia, sino a la humanidad en general:

“Lo que antes tachábamos como desviaciones de la norma hoy lo entendemos como la muestra de una enorme diversidad. Cada persona es digna, cada persona es hija de Dios y tenemos la obligación de ofrecer respeto y acogida a quien quiera acercarse a Él”.

Retos y esperanza

Finalmente, recalcó que esta peregrinación no es un punto de llegada, sino un paso más en un camino de reconocimiento que aún tiene retos, sobre todo en contextos donde la diversidad sexual sigue siendo criminalizada.

“En algunos países la orientación distinta no solo se castiga, sino que incluso se condena con la pena de muerte. Frente a esto, la Iglesia quiere enviar el mensaje de que los católicos de la diversidad encontrarán siempre brazos abiertos”, concluyó.