Foto: Juan Manuel Contreras

Comunidades y organizaciones civiles presentaron una nueva denuncia contra las granjas porcícolas en Yucatán, respaldada con estudios que confirman la contaminación del agua, incluso la que llega a los hogares por tubería.

La abogada Lourdes Medina Carrillo explicó que análisis del Laboratorio de Ecología Microbiana de la UNAM detectaron coliformes fecales y E. coli en pozos y en agua entubada que debía estar potabilizada.

Universidades respaldan los hallazgos

Además, la Universidad John Hopkins comprobó mediante un marcador genético que la contaminación en comunidades como Kinchil y Maxcanú proviene directamente de excretas de cerdo.

Estamos hablando de un riesgo actual que afecta sobre todo a niñas, niños y personas mayores, pero que compromete la salud de todo Yucatán”, advirtió Medina.

De acuerdo con datos de Semarnat, en el estado operan más de 500 granjas porcícolas, de las cuales menos de diez cuentan con autorización ambiental.

Comunidades exigen acciones concretas

Las comunidades piden frenar permisos para nuevas instalaciones o ampliaciones, cumplir las órdenes judiciales que ya ordenaron la clausura de la granja en Santa María Chi y que Profepa y Semarnat presenten denuncias penales contra las empresas responsables.

Ya no aceptamos diagnósticos ni promesas. Hablamos con pruebas que confirman lo que hemos denunciado durante años: las granjas porcícolas ponen en riesgo la vida y la salud de nuestras comunidades”, concluyó la abogada.