La galería Sublime, ubicada frente al Parque de Santa Ana, alberga la exposición Archivo Perdido del fotógrafo yucateco Farid Rivero. La muestra, compuesta por ocho piezas, es un homenaje a momentos que alguna vez tuvieron significado, pero que quedaron relegados al olvido.

Es una conmemoración a instantes que fueron olvidados y que, para alguna persona, en algún momento, significaron algo importante, pero que desaparecieron en la nada de este plano terrenal”, explicó Rivero, de 22 años, en entrevista con 24 HORAS Yucatán.

Negativos históricos y descubrimiento en Bogotá

En esta edición, las imágenes provienen de negativos en formato de 35 milímetros recolectados en Bogotá, Colombia. Rivero relató que, durante un viaje familiar, visitó un tianguis donde un vendedor le ofreció rollos antiguos.

Me dijo que ya no tenía cámaras, pero sí negativos. Me los vendió por 11 mil pesos colombianos y, cuando los revisé, encontré fotografías hermosas de fotógrafos anónimos, que merecían ser vistas”, recordó.

Exposición de Farid Rivero revive recuerdos perdidos

Concepto e interpretación de la exposición

Las ocho imágenes seleccionadas muestran personas, paisajes y objetos sin una narrativa predeterminada, invitando a los visitantes a convertirse en “arqueólogos visuales” que elaboren sus propias interpretaciones.

“No hay una verdad absoluta en estas fotos; el público puede crear sus propias historias”, señaló el fotógrafo.

Proceso de digitalización y restauración

El proceso de trabajo comenzó con la digitalización de los negativos, que Rivero estima tienen más de 50 años de antigüedad. Posteriormente, se sometieron a una restauración y, finalmente, a un cuidadoso proceso de impresión, con pruebas de papel, tinta y tamaño.

Además de las impresiones, la exposición incluye un área interactiva donde el público podrá ver los negativos originales y utilizar un proyector antiguo de diapositivas para explorar otras imágenes históricas.

Trayectoria de Farid Rivero

Rivero, originario de Mérida, lleva cinco años desarrollando su proyecto personal enfocado en fotografía editorial, de conciertos y danza. Ha trabajado con escuelas de diseño de modas, agrupaciones artísticas y en eventos internacionales, pero esta exposición marca un paso diferente en su carrera, al rescatar y reinterpretar material visual ajeno.

Es más que una exposición fotográfica: es una experiencia sensorial y un ejercicio de memoria colectiva. Quedan todos invitados a sumergirse en estos recuerdos rescatados del olvido”, concluyó Rivero.