En Yucatán fueron identificadas dos especies de algas tóxicas nunca antes registradas en las costas del estado, cuya alta concentración representa ya una contingencia sanitaria, informó Domitilo Carballo Cámara, director de Protección Contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY).
Durante la conferencia de prensa mensual encabezada por el gobernador Joaquín Díaz Mena en el Palacio de Gobierno, el funcionario explicó que los muestreos realizados el 9 de agosto y analizados el 12 por el Comité Interinstitucional para el Manejo de la Marea Roja confirmaron la presencia de Prorocentrum lima y Gambierdiscus bahamense, dos microalgas peligrosas para la salud humana y el ecosistema marino.
De acuerdo con la National Library of Medicine, Prorocentrum lima vive adherida a macroalgas, sedimentos o corales, liberando ácido okadaico y DTX-1, toxinas que se acumulan en mariscos y causan intoxicación diarreica (DSP).

Gambierdiscus bahamense produce ciguatoxinas (CTX), responsables de la ciguatera, una intoxicación que altera el sistema nervioso, digestivo y cardiovascular.

Impactos en la fauna marina
Las toxinas afectan peces y moluscos, provocando desorientación, letargo y alta mortalidad. Las larvas de peces son especialmente vulnerables.
Riesgo para humanos por consumo y contacto directo
De acuerdo con la Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO), la ingestión de mariscos contaminados con P. lima provoca diarrea intensa, náuseas y dolor abdominal. Las ciguatoxinas de G. bahamense generan sensación térmica invertida, debilidad muscular y problemas cardíacos.

Pero el peligro no se limita a la ingesta. Investigaciones indican que el contacto directo con agregaciones o biopelículas de Prorocentrum lima puede provocar irritación cutánea, picazón y enrojecimiento, así como conjuntivitis si entra en los ojos.

En el caso de Gambierdiscus bahamense, el manejo de peces o redes contaminadas con estas microalgas puede liberar aerosoles que ocasionan tos, irritación nasal y dificultad respiratoria, especialmente en trabajadores pesqueros y buzos.
Por eso, la prevención no se limita a evitar el consumo de pescado de riesgo: el uso de guantes y gafas protectoras es vital al manipular mariscos, peces o material de pesca en áreas con presencia confirmada de estas microalgas.
Puntos a tener en cuenta
- Las toxinas no desaparecen con la cocción ni la congelación.
- El contacto directo puede causar reacciones cutáneas y oculares.
- La inhalación de aerosoles contaminados es un riesgo.