Aumenta el consumo de drogas sintéticas en jóvenes de Yucatán; prevención comunitaria busca frenar esta tendencia alarmante.
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El consumo de drogas sintéticas en jóvenes de Yucatán presenta un crecimiento preocupante, especialmente por sustancias como el cristal adulterado con fentanilo, alertan autoridades. La prevención comunitaria se fortalece para atender este desafío en escuelas y hogares.

Así lo dio a conocer Zayuri Valle Valencia, directora del Centro Estatal de Prevención Social del Delito y Participación Ciudadana (Cepredey).

Prevención ante el aumento del consumo de drogas sintéticas en jóvenes de Yucatán

De acuerdo con la funcionaria, el consumo de drogas sintéticas en jóvenes de Yucatán se ha convertido en un reto creciente para las autoridades locales, quienes han intensificado las acciones preventivas durante el primer semestre de 2025.

Valle Valencia indicó que la presencia de sustancias de alto riesgo, como el cristal mezclado con fentanilo, ha generado preocupación entre la comunidad.

“La cercanía que tienen las y los jóvenes con las drogas es real y alarmante. Muchos no saben qué están consumiendo. Piensan que se trata de una sustancia, pero en realidad es algo más peligroso. Estamos hablando de productos mezclados con fentanilo que generan adicción casi inmediata”, puntualizó Valle Valencia.

Además, el centro ha desarrollado programas con enfoque comunitario, trabajando directamente con estudiantes de secundaria y preparatoria, así como con padres, madres y docentes, para fortalecer factores de protección y tomar decisiones conscientes frente a la presión social y el fácil acceso a estas drogas.

Estrategias comunitarias para frenar el consumo de drogas sintéticas en jóvenes

Las autoridades y organizaciones colaboran para desnormalizar la cultura punitiva en torno al consumo de drogas sintéticas, promoviendo una visión de prevención informada y acompañamiento, más que de castigo. Este cambio busca que los jóvenes reconozcan los riesgos y puedan decidir alejarse de estas sustancias.

“En nuestra cultura, cuando una persona comete un error, lo primero que se pregunta es: ‘¿cuál es el castigo?’. Queremos cambiar ese enfoque y enseñar que tener acceso a una sustancia no es sinónimo de condena, sino una oportunidad para detenerse y decir: ‘esto no lo quiero en mi vida’”, añadió.

A su vez, indicó que las sustancias más consumidas entre adolescentes son el alcohol, seguido por el cristal, la piedra y el fentanilo. El reto principal sigue siendo la participación de madres y padres, por lo que se ajustan los horarios de atención para llegar a más hogares y comunidades.

Quadratín