Con el objetivo de reforzar la protección ambiental de un área estratégica que forma parte de uno de los acuíferos más importantes de América Latina, el Gobierno del Estado reformó los lineamientos de la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes, que ahora abarcará más de 213 mil hectáreas en 54 municipios.
“Avance necesario” para preservar el agua
Para el biólogo Luis Martín Yam Herrera, investigador de la UADY, la modificación es un “avance necesario” para la conservación del principal recurso hídrico del estado.
Entre los beneficios, destacó la elaboración de un nuevo programa de manejo que impulse mejores prácticas agrícolas, regule el turismo y fomente infraestructura sanitaria que evite la descarga de aguas residuales.
“El decreto permitirá una visión geohidrológica más clara, identificar zonas prioritarias de conservación e implementar monitoreos más rigurosos para controlar actividades contaminantes”, afirmó.
Cambios en la delimitación y zonas de protección
El Decreto 88/2025, publicado en el Diario Oficial y firmado por el gobernador Joaquín Díaz Mena, redefine los límites de la reserva e incluye tierras ejidales y particulares de municipios como Acanceh, Homún, Tecoh y Cuzamá, entre otros.
La nueva normativa establece dos zonas principales, norte y sur, según características geológicas y ecológicas como el tipo de suelo, vegetación, altitud y precipitación.
Asimismo, ordena que la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), junto con los municipios, elabore un programa de manejo enfocado en la conservación y uso sustentable de los recursos naturales, el cual deberá publicarse en un máximo de seis meses.
Anillo de Cenotes: Vulnerabilidad del acuífero y retos ambientales
La región del Anillo de Cenotes es vital en la recarga del acuífero que abastece a Mérida, de donde se extrae el 38 % del agua utilizada en Yucatán.
No obstante, solo el 2.4 % de las aguas residuales recibe tratamiento, y cada año se descargan 32 millones de metros cúbicos de desechos sin procesar, incluyendo residuos industriales, agroquímicos y lodos sépticos, lo que convierte la zona en altamente vulnerable.
El especialista advirtió que el decreto deberá atender riesgos como las granjas porcícolas que han provocado conflictos sociales y contaminación del manto freático, especialmente en Homún y Kinchil.
“Sin criterios estrictos de evaluación ambiental, todo quedará en letra muerta”, subrayó.
Valor histórico y modelo sustentable
La región también posee un importante valor histórico y cultural, pues los cenotes han sido fuentes de agua y espacios sagrados desde la época maya. En la zona se encuentran sitios arqueológicos, haciendas henequeneras y conventos coloniales.
Muchas comunidades locales dependen de la apicultura, artesanías y turismo en cenotes, por lo que el decreto busca impulsar un modelo sustentable que combine conservación ambiental y desarrollo económico.
Finalmente, el documento establece que se notificará a los propietarios y se inscribirá la nueva delimitación en el Registro Público de la Propiedad y en el Registro Estatal de Áreas Naturales Protegidas.