por Adrián Trejo

Resulta curioso que la imposición o no de aranceles a los productos de exportación mexicanos dependen no de las negociaciones del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sino de las que ha realizado el de Seguridad, Omar García Harfuch.

Ebrard declaró ayer que “México hizo lo que tenía que hacer’’ para evitar la imposición de un arancel general del 30% a los productos de exportación mexicanos y que todo quedaba en manos de Donald Trump.

Efectivamente, en materia comercial la delegación mexicana hizo hasta donde le alcanzó, al parecer no con mucho éxito a juzgar por el semblante de Ebrard.

Pero en el gobierno de la 4T saben, porque así lo ha manifestado en múltiples ocasiones Trump, cada vez que anuncia un castigo para México, que la mira del presidente estadounidense no está en los ajos, jitomates y cebollas, sino en los políticos que, asociados con el narco, facilitaron en años recientes el contrabando de fentanilo a su territorio.

Lo ha repetido una y otra vez, como lo han hecho también el secretario de Estado (cuya visita había sido anunciada y sigue sin concretarse), la fiscal general y la encargada de la seguridad en Estados Unidos.

Si bien Ebrard ha presentado los argumentos económicos y comerciales para defender la posición mexicana, lo importante será conocer qué es lo que ha ofrecido García Harfuch para paliar la situación.

México le entregó en bandeja de plata al gobierno trumpista 29 de los narcos más peligrosos que había en las cárceles nacionales, incluido uno de los más buscados, Rafael Caro Quintero, a quien buscaban capturar desde 1986.

Nuestro país también ha reforzado la vigilancia en la frontera norte, lo que se ha traducido en una caída drástica del contrabando de fentanilo y el tráfico de indocumentados, reconocido por las propias autoridades del país vecino.

Ha asestado golpes espectaculares a los traficantes de huachicol, confiscando millones de litros de combustibles, pero sigue sin dar el golpe que exige el gobierno de Trump.

El próximo viernes se conocerá la decisión de Trump sobre el arancel a los productos mexicanos; podría mantenerse en el 30% si el mandatario de EU sigue considerando que “México no se ha esforzado lo suficiente’’ en materia de combate al narco, o podría haber una reducción magnánima de 10 o 15 puntos porcentuales.

Pero eso no se conocerá sino probablemente a la medianoche del jueves, tiempo en el que, en México, podría haber noticias importantes en materia de seguridad.

La negociación no la tiene Ebrard, está en manos de García Harfuch.

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Por más compromisos que haga, el Gobierno federal sigue sin hallar la fórmula para convertir a la Comisión Nacional de Búsqueda, en un organismo que ofrezca resultados y no explicaciones ni justificaciones.

La primera comisionada, Karla Quintana, literalmente fue orillada a renunciar cuando no estuvo de acuerdo en la metodología que le propuso López Obrador para reclasificar a decenas de miles de desaparecidos lo que supuso un maquillaje a las cifras reales.

La segunda titular de la CNB, nombrada en el 2023, Teresa Guadalupe Reyes Sahagún, presentó su renuncia ayer (que será válida a partir del viernes), por razones personales.

Lo cierto es que la señora Reyes Sahagún transitó dos años por esa comisión como un fantasma, sin ayudar a resolver y, en momentos, convirtiéndose en un estorbo para las organizaciones no gubernamentales que se han encargado, por años, de encontrar cientos de fosas clandestinas.

La designación de la sustituta recae en la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, a quien le deseamos toda la suerte.

     @adriantrejo