Los pequeños negocios en Yucatán se alistan para una temporada positiva durante el verano, con la esperanza de aumentar sus ventas hasta un 50%. Esta expectativa se debe al repunte del turismo en la región y a un cambio significativo en los hábitos de consumo de los yucatecos.
Según Jorge Cardeña Licona, secretario de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope) en Yucatán, muchas familias priorizan actualmente el ahorro y las compras a granel, lo que vuelve a las tiendas de barrio una opción más viable y cercana para su economía diaria.
Hábitos de consumo favorecen a tiendas locales
El representante del sector señaló que la posibilidad de adquirir productos sueltos o en pequeñas cantidades permite a los consumidores ajustarse mejor a presupuestos limitados. Esta dinámica ha fortalecido el papel de las tienditas en colonias, comisarías y destinos turísticos.
“A pesar de la inflación, los pequeños negocios en Yucatán ofrecen soluciones accesibles. El consumidor valora hoy más que nunca la cercanía, el trato humano y los precios justos”, afirmó Cardeña Licona.
Turismo de verano, motor clave para las ventas
Durante los meses de julio y agosto, la llegada de visitantes nacionales y extranjeros a playas como Progreso, Celestún o Sisal representa un impulso crucial para el comercio local.
Desde expendios de alimentos hasta minisúpers y misceláneas, los comerciantes esperan que esta temporada vacacional genere ingresos superiores al promedio.
Competitividad y trato cercano, claves del éxito
Cardeña llamó a los comerciantes a mantener precios competitivos y evitar aumentos injustificados. Subrayó la importancia de fortalecer el vínculo con los clientes, ya que el consumidor actual “busca opciones accesibles y honestas que le brinden confianza”.
Aunque las cifras oficiales de derrama económica se darán a conocer tras el tercer trimestre, la expectativa de un impacto positivo ya se percibe entre los comerciantes.
Por ahora, permanecen atentos al flujo de visitantes y a la dinámica de sus comunidades. Para muchos, este periodo vacacional representa no solo un respiro ante la inflación, sino también una oportunidad para consolidarse como pilares de la economía local.