Motivadas por la violencia y el acoso que dicen sufrir en el transporte público de Mérida, mujeres han optado por implementar estrategias de autoprotección para sentirse más seguras durante sus traslados diarios.
Ropa ancha y discreta: barreras frente a miradas y comentarios
Entre las medidas más comunes se encuentra el uso de ropa más ancha y discreta, con la intención de evitar miradas o comentarios ofensivos. Así lo revelan testimonios de mujeres entrevistadas en distintas zonas de la capital yucateca, quienes coinciden en que viajar en transporte colectivo representa un riesgo constante.
“Claramente he sido acosada, es un problema que va en aumento. Yo, personalmente, tomo algunas precauciones, como llevar cambios de ropa, sweaters o tener a la mano también objetos para defenderte”, menciona una usuaria del transporte público.
El miedo no es exageración: romper un vidrio por temor
En días pasados, una mujer rompió el vidrio de una unidad del transporte Va y Ven en Mérida ante el temor de que su vida corriera peligro, luego de que el conductor abandonara la unidad.
El hecho generó memes en redes sociales; sin embargo, mujeres consultadas señalaron que no es motivo de burla, ya que refleja el sentimiento de inseguridad y vulnerabilidad que enfrentan diariamente.
ENSU 2025: el transporte, de los espacios más inseguros para ellas
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), el transporte público es el segundo lugar donde las mujeres se sienten más inseguras en México, con un 67.3 por ciento solo en el primer trimestre de 2025. Este porcentaje solo es superado por los cajeros automáticos en vía pública, con un 75.8 por ciento.
Sentarse con otras mujeres: comunidad como refugio
Acercarse a otras usuarias y hacer comunidad es una de las herramientas que frecuentemente se utilizan. Así coincide el testimonio de dos mujeres entrevistadas; una de ellas dijo que sentarse junto a otra mujer le hizo sentir más protegida.
“Siempre estamos viendo la forma de sentirnos seguras, ya sea estar adelante, estar junto a la puerta o sentarse al lado de señoras o jóvenes mujeres”, comentan.
Acoso sexual y percepción de inseguridad postpandemia
En 2018, la Encuesta sobre la violencia sexual en los transportes y otros espacios públicos de la Ciudad de México señaló que la percepción de inseguridad de las mujeres en las calles y espacios públicos era del 69.1 por ciento, y en el transporte público del 54.4 por ciento. Desde la pandemia, seis de cada diez personas consideran que el acoso sexual en los espacios públicos ha empeorado.
Estrategias mentales para sobrevivir el trayecto
Las mujeres afirman que por años han buscado estrategias para salvaguardarse en el transporte público, como llevar una blusa ancha sobre su ropa pegada o hacer rutas de escape mentales.
“Sí, me ha tocado hacer estrategias, siempre estoy pendiente y alerta”, comenta una usuaria.
La normalización del acoso y la violencia en espacios públicos
En México está alarmantemente normalizado que se transgreda la dignidad de las mujeres en los espacios públicos, según el reporte La calle y el transporte público como espacios libres de violencias contra las mujeres, donde también se señala:
“La calle y el transporte público son espacios donde se cruzan distintos tipos y modalidades de violencia contra mujeres y niñas, y donde se registran con mayor frecuencia hechos de agresión y hostigamiento sexual, que van desde agresiones verbales, comentarios ofensivos, tocamientos, miradas lascivas, hasta violaciones y feminicidio.”
Burlarse también es violencia: el meme como agresión
Tu meme y burla son violencia de género
La violencia de género se refiere a los actos dañinos dirigidos contra una persona o grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas, según las Naciones Unidas.
Por ello, las mujeres entrevistadas coinciden en que hacer memes de estas situaciones no solo vulnera aún más los derechos de las mujeres, sino que minimiza la violencia que ellas sufren.
Claro que ser acosada en el transporte público es violencia. Una mirada que incomoda puede significar un riesgo para una mujer, menciona una usuaria:
“Pues yo creo que toda la vida siempre hay esas miradas de los hombres. Desde que soy niña y mi última experiencia fue cuando en el autobús y empecé a sentir nerviosismo, porque había un señor que se sentó al frente, pero su mirada constantemente estaba hacia mí”, afirmó.