Por Abraham Bote Tun
Ian Curtis nació un 15 de julio de 1956. Murió el 18 de mayo de 1980, con apenas 23 años. Y, sin embargo, su legado sigue más vivo que nunca, no solo en la historia de la música, sino en la mente de miles de personas —incluido quien escribe estas líneas— que encontraron en su voz barítono, profunda y melancólica, una forma de consuelo, una herida compartida.
Curtis no solo formó parte de una de las bandas más influyentes del post-punk, Joy Division. Fue también un poeta dolido, un intérprete visceral, un cuerpo atravesado por la epilepsia y los demonios internos que transformó su sufrimiento en arte. Sus letras oscuras, sus movimientos espasmódicos en el escenario, su vulnerabilidad, siguen hoy tan vigentes como en aquel Manchester gris que los vio nacer.
Joy Division y el inicio de un legado musical oscuro y hermoso
Hoy se conmemora un año más sin Ian. Un año más sin este genio atormentado por sus males físicos, mentales y del alma.
Yo lo conocí en la preparatoria. La primera canción que escuché fue Love Will Tear Us Apart. Me atrapó de inmediato el sonido crudo del bajo y su voz. Apenas entendía inglés, pero algo en su forma de cantar me atravesaba el alma, como si hablara directamente conmigo. Como si tuviera "heridas en su voz".
En esa época ya sonaba Interpol, así que encontrar a Joy Division fue descubrir los cimientos del post-punk moderno: The Killers, Paul Banks, Editors. No sabía que Ian había sido el origen.
Corría al cibercafé a traducir sus letras. Una me marcó especialmente:
“El amor nos va a desgarrar otra vez.”
Me parecía la frase más honesta que había leído sobre el amor y el dolor.
¿Quién fue Ian Curtis y por qué su música sigue vigente?
A Ian le pesaban muchas cosas. La fama, rápida y efímera, le llegó muy joven. Los dolores físicos, mentales, defraudar y traicionar al ser amado. El odio. ¿Cómo alguien de apenas 23 años podía escribir canciones tan oscuras pero hermosas? ¿Qué pasaba por su mente, por su cuerpo?
“No te apartes, en silencio
Tu confusión
Mi ilusión
Usada como una máscara de autodesprecio
Se enfrenta y luego muere
No te vayas…Gente como tú
Lo encuentra fácil”
(Joy Division – Atmosphere)
Hoy, con más de 30 años, todavía recurro a Joy Division para calmar dolores, ausencias, vacíos. Es como si un extraño al que nunca conociste supiera exactamente quién eres. Como si Ian, desde el abismo, te hablara al oído.
Aunque sus letras puedan parecer pesimistas o tristes, siempre encontré en ellas un destello de esperanza. Hay belleza en el caos, en el vacío, en la oscuridad. Escuchar a Ian es recordarme que estoy vivo, que sigo latiendo, que respiro.
lan fue diagnosticado de epilepsia cuando yo estaba embarazada. Su familia se negaba categóricamente a hablar de ello. Yo ignoraba si ese era o no el primer diagnóstico, pero cuando los médicos preguntaron de forma reiterada si había sufrido episodios anteriores, yo me uni a él en un resonante «no». lan usó la epilepsia como un escudo y centró su trabajo en la expresión de sensaciones como el
Deborah Curtis. Esposa de Ian Curtis.
aislamiento o la pérdida.
Notaba que quería hablar conmigo, pero en casa se mostraba amargo, como si hablar abiertamente hiciera más real su enfermedad.
Mientras el hueco crecía entre nosotros y se llenaba de complicados secretos, él siguió exhibiendo su frustración y su dolor ante el público.
Más que transformarse, su escritura maduró hasta tal punto que puedes oir las heridas en su voz.
El impacto de Joy Division en la música contemporánea
Ian Curtis fue el vocalista y principal letrista de Joy Division, banda formada en Inglaterra a finales de los años 70. Es considerado una figura clave en el surgimiento del post-punk. Su voz profunda, sus letras introspectivas y su presencia escénica única lo convirtieron en un ícono de culto.
Joy Division lanzó solo dos discos de estudio: Unknown Pleasures (1979) y Closer (1980). Pocos días antes de comenzar una gira por Estados Unidos, Curtis se quitó la vida, dejando un vacío irreparable. Tras su muerte, los demás integrantes formaron New Order, otro grupo clave en la música alternativa.
A pesar de su corta carrera, su legado musical ha influenciado a generaciones enteras. Bandas como Interpol, The Killers, Radiohead y muchos otros artistas reconocen a Joy Division como una piedra angular en su desarrollo sonoro.
Su historia ha sido contada en libros, documentales y películas, como Control (2007), dirigida por Anton Corbijn.
La voz de Ian Curtis: una herida que sigue cantando
Más de cuatro décadas después, la música de Ian Curtis sigue tocando fibras profundas. Para muchos, como este editor, Joy Division es refugio, espejo, memoria.
Hay algo profundamente humano en esa oscuridad que canta. Y aunque nunca lo conocimos en persona, quienes lo escuchamos sentimos que él nos conocía a nosotros.