Sierra Leona enfrenta una crisis climática devastadora: el océano ha reducido a menos de la mitad la superficie de la isla de Nyangai, forzando a cientos a huir.
El océano arrasa con hogares y memorias en las Islas Tortuga
Con el agua hasta las rodillas, el pescador Hassan Kargbo señala lo que antes era su hogar y un campo de fútbol. “El océano lo destruyó todo”, dice. En solo cinco años, su vida fue tragada por el mar. Hoy, Nyangai, una de las islas de Sierra Leona, se hunde lentamente bajo el peso del cambio climático.

De 1,000 habitantes hace una década, solo quedan unos 300. Muchos se han visto obligados a abandonar la isla por las constantes inundaciones, que ya han consumido dos tercios del territorio. La población enfrenta pérdidas materiales y emocionales irreparables.
Primera línea del cambio climático
La isla, con apariencia paradisíaca, oculta una realidad brutal: árboles caídos, sacos de arena como defensas frágiles, viviendas colapsadas. En palabras del propio Kargbo: “La isla está siendo engullida pedazo a pedazo”.
Según un informe de la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes y del IDMC, más de dos millones de personas en Sierra Leona viven bajo la amenaza directa del aumento del nivel del mar. El estudio identifica al país como uno de los más vulnerables del mundo ante la crisis climática.

Desplazados climáticos sin rumbo ni ayuda
Los desplazados de Nyangai son considerados los primeros refugiados climáticos de Sierra Leona. El agua salada ha vuelto inutilizables los pozos. Sin acceso a agua potable ni oportunidades, decenas de jóvenes pasan el tiempo sin rumbo, mientras sus familias enfrentan pérdidas económicas por reconstruir casas una y otra vez.
“No quiero seguir así”, dice Hassan, quien decidió mudarse a la isla de Sei tras perder su hogar dos veces. “Ya no puedo permitirme reconstruir más”.
Una emergencia ignorada
“Es más que una emergencia, es una catástrofe”, declaró Jiwoh Abdulai, ministro sierraleonés de Medio Ambiente y Cambio Climático. “Nuestros ciudadanos están siendo afectados por algo de lo que no son responsables”.
La vecina isla Plantain vive la misma tragedia: una escuela casi fue arrastrada por el mar, pero aún funciona con 355 alumnos a pesar del riesgo de colapso. La mezquita vecina también amenaza con derrumbarse.

Islas condenadas a desaparecer
El ambientalista Joseph Rahall, fundador de la ONG Green Scenery, estima que al archipiélago de las Tortugas le quedan entre 10 y 15 años. “El cambio climático no solo borra tierras, sino culturas, tradiciones y medios de vida. Todo desaparece”.

Información: AFP