Juan Manuel Contreras

Un meteorito que extingue dinosaurios, aves gigantes del terror, un trozo del universo contenido en una sala; el Museo de Historia Natural de Mérida sigue siendo, a más de 35 años de su inauguración, uno de los espacios más queridos por los meridanos y un punto de encuentro fundamental entre la ciencia y la curiosidad infantil.

Historia viva en un edificio emblemático

Ubicado en un edificio cargado de historia —que fue desde casa habitación y escuela normal hasta hospital militar— el Museo de Historia Natural de Mérida es más que una colección de fósiles. Es, en palabras de su director, “un espacio vivo de conocimiento, donde el asombro por el universo y por la vida en la Tierra se renueva cada día”, señalan visitantes.

Desde su fundación en 1987 por el Ayuntamiento de Mérida, el museo ha recibido a decenas de generaciones de estudiantes de primaria quienes, como recuerda Juan José Durán Nájera, su director, regresan años después con sus propios hijos, impulsados por la nostalgia y el deseo de compartir con ellos una experiencia que marcó su niñez.

Muchos vienen y me dicen ‘yo venía aquí cuando hacían cursos de verano’; y ahora traen a sus hijos. Y eso es lo rico, ver cómo se mantiene ese vínculo con las familias”, cuenta Durán Nájera, quien forma parte del equipo desde 1999.

El Museo de Historia Natural de Mérida, un legado para las nuevas generaciones
Foto: Juan Manuel Contreras

Salas temáticas y experiencias interactivas

El museo, ubicado a un costado del Parque Zoológico del Centenario, alberga seis salas permanentes y una sala de exposiciones temporales. Entre sus atractivos más populares se encuentra la sala mesozoica, con fósiles y modelos de dinosaurios que fascinan a los más pequeños.

También destacan las salas dedicadas al universo, las eras geológicas y las reservas ecológicas locales, como los arrecifes de Alacranes o la selva baja de la península.

Educación con enfoque actual

“Tratamos de mantenernos vigentes, de no quedarnos estáticos. Aunque hay carencias, eso lo suplimos con la atención y con la información actualizada”, explicó Durán a 24 HORAS Yucatán.

El equipo de guías se adapta a los contenidos escolares de quienes visitan el museo.Nos dicen ‘estamos viendo el sistema solar’ o ‘las eras geológicas’; y nosotros reforzamos esa parte. No es lo mismo leerlo en un libro que verlo aquí, con imágenes y una explicación especializada”, señaló.

Actividades para toda la comunidad

Además de las visitas escolares, el museo organiza actividades para todo público. Durante los eclipses solares de 2023 y 2024, se ofrecieron sesiones de observación con telescopios. Este mes de julio, el museo albergará una charla sobre el cráter de Chicxulub y las evidencias científicas que sustentan la teoría del meteorito que cambió la historia de la Tierra.

Actualmente, abundó Durán, la sala de exposiciones temporales presenta “El Bestiario”, una muestra pictórica nacional e internacional centrada en la fauna. Algunas de las técnicas empleadas por los artistas incluyen métodos tradicionales japoneses para imprimir siluetas de animales con tinta.

El Museo de Historia Natural de Mérida, un legado para las nuevas generaciones
Foto: Juan Manuel Contreras

Cifras que respaldan su impacto

El museo recibe entre 1,500 y 4,000 visitantes mensuales; y anualmente atiende a entre 8,000 y 10,000 estudiantes a través de visitas guiadas. Su labor, sostuvo Juan José Durán, va más allá del entretenimiento:

Es un sitio que sirve a los estudiantes para apuntalar lo aprendido en clase. Aporta una experiencia sensorial, visual y humana que los libros no pueden dar por sí solos”, precisó.

Proyección al futuro sin perder la esencia

Consciente de su legado y del cariño que la comunidad le tiene, el museo se proyecta hacia el futuro sin perder su esencia: ser un faro científico accesible para todas y todos, sin importar la edad.

El museo se ubica en la calle 59 #648 por 84 y 84-A del centro, a un costado del parque zoológico del Centenario. Tiene un horario de martes a domingo de 9 a.m. a 2 p.m. y la entrada es gratuita.