Detrás de movimientos aspiracionales también puede haber una forma moderna de discursos de odio. 

¿Por qué el cabello afro o rizado se sigue asociando con lo “sucio”? ¿Por qué una rutina de skincare de 10 pasos debe ser la regla para el cuidado personal?

Discursos de odio; Mujeres, principales víctimas

En el Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio, vale la pena poner el foco en las mujeres, quienes son el grupo que más mensajes de odio recibe en internet.

De acuerdo con el estudio “Moderación de contenidos en línea. Retos actuales en la detección de la incitación al odio”,

Elaborado por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) entre enero y julio de 2022, se analizaron 344,132 publicaciones en redes sociales dirigidas a mujeres.

El 53% de estos mensajes fueron clasificados como discurso de odio, ya que encajaron al menos en una de las categorías establecidas (elementos de incitación a la violencia, discriminación, denigración, lenguaje ofensivo o estereotipos negativos)

Según la organización de las Naciones Unidas se entiende por discurso de odio: 

“Cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o, en otras palabras, en razón de su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad” (ONU, 2019).

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Estereotipos aspiracionales y presión estética

Las redes sociales han contribuido a la difusión de nuevos estereotipos disfrazados de “autocuidado” o “vida saludable”.

Recientemente se viralizó el caso de las llamadas “Sephora Kids”, niñas de entre 8 y 13 años que realizan rutinas de maquillaje y skincare con productos diseñados para adultas.

En su investigación para la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Alejandra Zamora Canales.

Advierte que estas prácticas, aunque normalizadas en redes, no son adecuadas para su edad ni su tipo de piel, y forman parte de una presión estética cada vez más precoz.

El odio ahora se disfraza de aspiración

Ya no se trata solo de discursos tradicionales que dicen a las mujeres cómo comportarse. Ahora, las redes sociales posicionan modelos de vida y belleza que hay que alcanzar para “merecer” reconocimiento o pertenencia.

La modernidad del discurso de odio se disfraza de clean look (Mirada limpia), princess nails (Uñas de princesa) o soft life (vida suave), y parece seguir el mismo patrón: Mantener a las mujeres ocupadas en su cuerpo y su imagen, lejos de lo político, de la crítica o de la incomodidad.

Hace un par de días la activista Greta Thunberg fue entrevistas por sus acciones.

Las cuales implican desde que es pequeña en confrontar las medidas que no toman líderes mundiales para erradicar el cambio climático, pero el discurso que generaron para ello no fue sobre sus acciones, o el reciente acontecimiento sobre el bloqueo del navío en el que se encontraba para llevar ayuda a Gaza.

La respuesta de su comportamiento fue viral porque incito a las mujeres a estar más molestas. 

“El mundo necesita muchas más mujeres jóvenes enojadas, especialmente con todo lo que está sucediendo” Greta Thunberg

¿Qué hacer ante el discurso de odio?

Para contrarrestar el discurso de odio, es necesario hablar de él, visibilizarlo y desmantelarlo.

La ONU señala que estos discursos pueden estar presentes incluso en contenidos educativos. Sugiere debatirlos abiertamente, reconocer su naturaleza problemática y no asumirlos como “naturales”.

“Las afirmaciones arbitrarias que alimentan el discurso del odio y justifican la exclusión pueden encontrarse en diferentes asignaturas y programas educativos.

Debatir estas narrativas con los educandos y reconocer su naturaleza problemática es parte integrante de la solución.” — Guía de la ONU para contrarrestar el discurso de odio.