por Karina Aguilar
Te imaginas estar en tu lugar de trabajo o en un estacionamiento de una tienda departamental esperando a que te contraten y que lleguen agentes de migración y te detengan con la amenaza de ser deportado a tu país de origen.
Eso le pasó a 42 mexicanos que el viernes pasado fueron detenidos en dos redadas realizadas en la ciudad de Los Ángeles, California; una realizada en el estacionamiento de la tienda Home Depot, donde suelen concentrarse los trabajadores de la construcción y otra en una fábrica textil; de ellos, 38 continúan en los centros de detención y cuatro ya fueron deportados, dos por orden de remoción y otros dos de forma voluntaria.
Ante esta situación, algunos migrantes se apostaron en los centros de detención para protestar de manera pacífica; sin embargo, las manifestaciones escalaron en violencia cuando un grupo de encapuchados quemaron vehículos y vandalizaron calles enarbolando la bandera de México, lo que parecía más una incitación a la violencia que una protesta legítima.
La escena nos remite al 2021 cuando hombres encapuchados tomaron por asalto el Capitolio de Estados Unidos en protesta por el triunfo presidencial de Joe Biden.
Lo que vimos el fin de semana en Los Ángeles, California y la reacción inmediata del presidente estadounidense, Donald Trump de enviar a la Guardia Nacional y vehículos militares a patrullar las calles de esa ciudad bajo el argumento de que las autoridades locales no podían contener la violencia, parece un desafío a su adversario demócrata, el gobernador Gavin Newsom a quien incluso ha amenazado con arrestarlo.
En Estados Unidos existen estados, condados y ciudades que, por décadas, han adoptado políticas para delimitar la cooperación con los agentes de migración que buscan deportar a los migrantes indocumentados; entre ellas se encuentra California y sus ciudades como Los Ángeles y San Francisco.
En estos lugares se prohíbe el uso de recursos municipales, como transporte o personal, para hacer cumplir las leyes de inmigración, lo que ha ocasionado el enojo del presidente Trump.
En este contexto el Gobierno mexicano poco puede hacer para evitar las deportaciones. Y si hubiera algún margen de maniobra, Trump siempre puede amagar con imponer aranceles.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
Logrará la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reunirse con Donald Trump en el marco de la Cumbre del Grupo de los Siete que se llevará a cabo en Canadá el 16 y 17 de junio.
@aguilarkarina