La madrugada de este domingo, tropas de la Guardia Nacional comenzaron a arribar a Los Ángeles por orden del presidente Donald Trump, con el objetivo de contener las crecientes protestas contra las redadas migratorias.
La decisión, considerada "provocadora" por el gobernador de California, Gavin Newsom, marca un precedente sin igual en décadas al imponerse sin el consentimiento estatal.
Protestas, redadas y militarización
La ciudad vive un clima de tensión desde que agentes federales realizaron redadas en barrios con alta presencia latina, desatando protestas que fueron respondidas con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
Manifestantes se congregarán este domingo frente al Ayuntamiento, mientras soldados armados patrullan zonas como Compton a bordo de vehículos camuflados.
El Partido Republicano minimizó la respuesta de los manifestantes y respaldó una posible movilización aún mayor, incluyendo marines activos.
“Tenemos que estar preparados para hacer lo que sea necesario”, dijo el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
Críticas por autoritarismo y amenazas a protestas pacíficas
Demócratas como Newsom y la congresista Nanette Barragán denunciaron un intento de criminalizar manifestaciones pacíficas.
"No es esto lo que está sucediendo", advirtió Barragán. En redes sociales, el senador Bernie Sanders calificó la estrategia de Trump como “autoritarismo en tiempo real”.
Según la Casa Blanca, se desplegarán 2.000 efectivos en una operación que se asemeja más a una demostración de fuerza que a una medida de seguridad.
“Quieren un espectáculo. No se lo den”, pidió Newsom a la población.
Comunidades latinas al frente de la resistencia
Los enfrentamientos han dejado imágenes impactantes: incendios en las calles, fuegos artificiales y símbolos como la bandera mexicana ondeando frente a vehículos calcinados. “Somos hispanos, ayudamos a la comunidad”, dijo Fernando Delgado, joven residente de Los Ángeles. “Esto es injusto”.
Las redadas en lugares de trabajo han sido calificadas como inhumanas por organizaciones y activistas, mientras una encuesta de CBS señala que aún existe división entre la población estadounidense respecto a estas políticas migratorias.
AFP