Con una mezcla de arte, urbanismo y perspectiva de género, el colectivo Reflexión y Acción Feminista (RAF) lleva dos años impulsando Entornos Amables, un proyecto que busca transformar los espacios públicos de Mérida en beneficio de de mujeres e infancias.

Paola Becerra, coordinadora del eje de Mujeres y Territorios de la RAF, explicó que este esfuerzo nació en 2023 de la necesidad de articular tres líneas de trabajo del colectivo: el mapeo participativo Retoma la calle, la biciescuela Mujeres al Pedal y las intervenciones artísticas en el espacio público. 

Para ello, contó, se aliaron con la organización Estrategia Misión Cero, especializada en urbanismo, integrando también herramientas de diagnóstico urbano y análisis territorial.

“Queríamos fortalecer la incidencia que ya traíamos desde 2014, generar información ciudadana actualizada sobre género, ciclismo y apropiación del espacio público desde la bicicleta”, indicó Becerra.

Intervención en 2025

Este 2025, Entornos Amables buscará intervenir nuevamente en el sur de Mérida, en cinco zonas prioritarias identificadas por su alta concentración de hechos de tránsito, presencia de población no motorizada y zonas habitacionales. 

Buscan crear espacios seguros con arte y urbanismo

Esta vez, incorporarán el nuevo eje de los cuidados, trabajando con mujeres cuidadoras de infancias y personas con discapacidad para fortalecer el autocuidado y el cuidado colectivo.

“Queremos seguir avanzando en esta construcción colectiva de ciudad, donde moverse en bici no sea un acto de valentía, sino una opción segura, accesible y amorosa para todas”, afirmó Paola Becerra.

En ediciones anteriores del proyecto Entornos Amables, la RAF ha trabajado de la mano con Estrategia Misión Cero, enfocándose en zonas donde coinciden hechos de tránsito, desplazamientos no motorizados y usos habitacionales del suelo.

Uno de los momentos más significativos del proyecto fue la segunda sesión titulada Retoma la Calle, en la cual tuvieron 26 participantes, organizadas en dos grupos, recorriendo rutas cercanas a su institución educativa con el objetivo de identificar zonas seguras e inseguras. 

Perspectiva crítica y empática

Lo hicieron desde una perspectiva crítica y empática: algunas asumieron roles como fotógrafas, relatoras o responsables de seguridad; otras, realizaron el recorrido simulando condiciones distintas a las propias, discapacidad motriz, ser persona mayor, afrodescendiente, trans o de pueblos originarios, para incorporar un enfoque interseccional.

Buscan crear espacios seguros con arte y urbanismo

Este ejercicio no sólo permitió visibilizar las condiciones del entorno urbano, sino que motivó a las participantes a proponer soluciones concretas para mejorar la seguridad en su comunidad.

Pese a los datos obtenidos, la activista lamenta que no han logrado establecer mesas de diálogo con autoridades gubernamentales. Sin embargo, los resultados sí han sido compartidos con las comunidades escolares, generando debates y propuestas desde lo local.