Una granja agroecológica en Ek Balam, creada por doña Antonia Pech Catzín, es ejemplo de cómo el conocimiento y el acompañamiento técnico transforman la vida de las familias yucatecas.
A través del programa de Granjas Ecológicas de Traspatio de la Fundación Legorreta Hernández A.C., comunidades como Kimbilá, Dzutoh, Ek Balam y la Cuenca del Valle de Bravo han logrado mejorar su calidad de vida desde sus hogares.
Producción sustentable desde casa: hortalizas, huevos y miel local
En estos espacios, las familias cultivan hortalizas, crían gallinas para obtener huevos ricos en proteína y gestionan meliponarios para producir miel de abeja local. Estas actividades no solo fortalecen su seguridad alimentaria, sino que también mejoran su salud, nutrición y autonomía.
La Fundación destacó en sus redes sociales:
“Visitamos la Granja Agroecológica de Doña Antonia Pech Catzín en Ek Balam, Yucatán, y fuimos testigos del fruto de su constancia: un espacio vivo, fértil y lleno de propósito.”
La agroecología como herramienta de empoderamiento
Cada acción agroecológica representa un paso hacia la soberanía alimentaria. “Porque cuando el conocimiento llega a las manos correctas, florece la vida”, compartió la Fundación. Esta visión impulsa a más mujeres y familias a tomar el control de su bienestar mediante técnicas sostenibles y con impacto positivo a largo plazo.
La granja agroecológica en Ek Balam es parte de una red creciente de proyectos rurales que demuestran que, con apoyo técnico y compromiso comunitario, el campo yucateco puede florecer desde adentro.