VOZ DE TINTA
Jorge Pacheco Zavala
Un libro es un mundo que se abre frente a nuestros ojos para mostrarnos el hallazgo que ha hecho el autor. Las historias contenidas en los libros son como tesoros, los escritores son una especie de arqueólogos buscadores que siempre parecen perseguir el santo grial de la historia inédita y original.
La batalla se sucede de uno y de otro lado; el lector sostiene una intensa pelea por terminar la novela que lee, algunos de los capítulos no son de su agrado, otros parecen flojos y sin drama: sin embargo, se convierte en un persecutor de su objetivo: concluir la historia.
Del otro lado, el escritor, quien escribe y crea la historia, lucha cada noche frente a su máquina para darle fuerza dramática a sus líneas, y mientras, sostiene entre sus dedos la tensión que no termina por crecer en aquel espacio temporal que es aplastado por una atmósfera psicológica que abruma. Él también se encuentra en medio de una batalla intestina por darle sentido a cada párrafo y a cada línea. Pero finalmente se ha apagado la luz, se ha apagado el cigarrillo y también se ha apagado en su mente la historia que por meses o años estuvo creciendo como crece un bebé en el vientre de una futura madre.
Crear, escribir, incubar, imaginar, ficcionar, reinventar…
Al final todo parece ser la misma cosa cuando se trata de contar una historia. Las historias no se escriben solas. Alguien debe tomar la realidad por los cuernos y transformarla en ficción o fantasía.
Vivimos en un mundo de realidades y lo que menos deseamos (al menos yo), es que la literatura esté confeccionada a partir de realidades que nunca se rompen para concebir mundos ficcionales.
La ficción es producto de la imaginación, la realidad literaria es producto de la observación. Ambas se enhebran en géneros literarios llamados relato y cuento. En el relato, la realidad se mantiene en los límites de la propia realidad. En el cuento, el planteamiento puede ser real, pero en el proceso, esa realidad se transforma en ficción o fantasía para ofrecernos una disrupción narrativa única.