Donald Trump ha dejado ver nuevamente su peculiar estilo de gobierno: una mezcla de decisiones drásticas y mensajes contradictorios, de gestos unilaterales y promesas que rara vez se corresponden con la complejidad de los problemas que enfrenta. Su forma de gobernar está marcada por los anuncios que generan titulares, las consecuencias que generan incertidumbre y la cantidad de frentes abiertos que mantiene.
En el ámbito interno, anunció una reducción de hasta el 80% en el precio de los medicamentos en Estados Unidos. No obstante, la viabilidad de la medida continúa estando incierta. En el plano internacional, su intervención tampoco ha estado exenta de controversia. En Asia, el presidente afirmó haber desempeñado un papel clave en la mediación entre India y Pakistán, aunque poco después el gobierno indio desmintió públicamente su supuesta participación, negando cualquier rol de EU en la tregua.
Mientras tanto, el presidente realizó una nueva gira por Medio Oriente, priorizando nuevamente su relación con Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar. En esta visita, Trump firmó acuerdos que podrían superar el billón de dólares en inversiones y ventas de armamento, reviviendo la línea de cooperación iniciada en su primer mandato.
Sin duda, su decisión de comenzar su segunda presidencia con este viaje —en lugar de visitar México, Canadá o Europa, como solía hacerse— indica una clara prioridad: asegurar capital, contratos e influencia a través de alianzas con gobiernos que tienen capacidad de inyección financiera inmediata. En ese mismo marco, Trump volvió a respaldar el cambio de denominación del Golfo Pérsico por “Golfo Arábigo”, una decisión que, aunque simbólica, tiene profundas implicaciones diplomáticas, especialmente frente a Irán.
Simultáneamente, enfrenta un nuevo conflicto con México . El Departamento de Agricultura de EU decidió cerrar temporalmente la importación de ganado debido a la detección del gusano barrenador, generando pérdidas para México ascienden a 11.4 millones de dólares diarios. Y aunque el gobierno mexicano respondió rápidamente, la medida permanece.
Y mientras pasaba todo lo anterior, la gestión de estos frentes ha tenido lugar mientras Europa avanzaba en su propia redefinición estratégica frente a China , con el fin de reducir vulnerabilidades estratégicas. En este panorama, la actuación Trump evidencia un patrón claro: sus políticas no siguen una línea coherente, sino que se estructuran a partir de equilibrios frágiles entre el impacto mediático , la presión de sectores económicos y geopolíticos diversos.
Las decisiones que toma generan aplausos inmediatos entre sus bases, pero también son reacciones adversas a mediano plazo. Cada anuncio de éxito viene acompañado de un problema que no se ha resuelto, o de una medida que entra en contradicción con otra adoptada días antes. Así es como Trump se mueve: presentando logros internos que le permiten hablar de estabilidad económica, mientras enfrenta una creciente inestabilidad global.
- Consultor y profesor universitario
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