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Alejados de sus madres, más de 8.3 mil infantes

Lucha por una vivienda digna: "Accedí a una casa para mí y mis tres hijas por un programa de gobierno", cuenta una mujer que prefiere mantenerse en el anonimato. Recuerda que en un momento muy difícil de su vida, siendo madre de una niña de 11 años, otra de 4 y una pequeña de 3, decidió que haría todo para acceder a un programa de vivienda social del que le hablaron.

“Hace poco más de 13 años, el gobierno lanzó un programa para que mujeres pudieran acceder a una vivienda. Por razones obvias, parte del apoyo era un subsidio. En ese momento no tenía trabajo. Cuando supe de la oportunidad, junté todos mis papeles y pedí un préstamo a mis familiares para poder acceder al programa”, relata.

y así "Accedí a una casa para mí y mis tres hijas por un programa de gobierno".

Mujeres en Yucatán desde jóvenes hasta adultas enfrentan los estragos de la problemática de vivienda que presenta el estado.  Además de criar a sus hijos e hijas,  las mujeres deben convertirse en estrategas cotidianas: buscar trabajo, cuidar de su familia, organizar traslados y cubrir gastos que no dejan de crecer. A esto se suma la carga de tener la oportunidad de acceder a una vivienda según relatan en entrevista para 24HORAS Yucatán.

“Tener 15 mil pesos listos para mudarse es casi imposible”

Larissa López, madre, fotógrafa, artista y standupera, lo vive en carne propia. En entrevista con 24 HORAS Yucatán señala que los requisitos para rentar una vivienda son abrumadores: “Mes de renta, depósito, pago de abogado, aval… y si no tienes aval, te piden otro mes. En total necesitas unos 15 mil pesos para mudarte. ¿Quién los tiene?” afirmó Larrissa

Este tipo de barreras económicas están profundamente relacionadas con los efectos de la gentrificación en la ciudad. Como hemos informado anteriormente, en Mérida se está desplazando a los meridanos debido a la gentrificación, al aumento de los avalúos y a los elevados costos de los contratos de arrendamiento, según especialistas del sector inmobiliario.

Cambiar dinámicas, sobrevivir, resistir

Raquel, madre soltera de una niña de 11 años, tuvo que rediseñar su día a día cuando en su trabajo ya no le permitieron llevar a su hija al centro laboral. “Eso nos forzó a que ella esté entre dos y tres horas sola en casa mientras yo salgo. Antes no era así”, Mencionó Raquel.

Los ajustes que hacen las mujeres para sostener su vida familiar se vuelven constantes, ya sea por cambios laborales, urgencias médicas, problemas económicos o violencia. A veces, los hijos deben acompañarlas a sus jornadas laborales; otras, se recurre a permisos o redes de apoyo.

“Entre el trabajo, el cuidado de mi hijo, sus terapias, los traslados y la casa, es un rompecabezas. A veces tengo que llevarlo conmigo a mis eventos o pedir permiso en el trabajo para llevarlo a sus citas”, añade Larissa López. 

¿Qué significa una vivienda segura?

Para muchas madres, la seguridad no es solo un candado o una reja. Es poder vivir en una zona iluminada, con transporte funcional, cerca de servicios, sin miedo a ser desplazadas. “La gente de fuera encarece todo y las que somos locales no podemos competir. Nos echan de nuestras colonias”, denuncia Larissa.

La artista propone una regulación urgente: “Debería haber topes de renta por zona. Si no se pone un freno, las madres que criamos solas, las que no tenemos ahorros o avales, nos vamos a quedar sin casa”.