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En Yucatán, el 8.6 por ciento de las niñas y adolescentes entre 12 y 19 años ya han experimentado al menos un embarazo según el informe ejecutivo del Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Gepea) que revela que esta situación demandan una atención urgente desde la educación, la salud, la familia y las políticas públicas.

Estrategia clave

Pablo Alemán Góngora, representante de la Red de Personas Afectadas por VIH, asegura que una estrategia clave para combatir esta problemática reside en las aulas, por lo que es fundamental que la Secretaría de Educación del Estado (Segey) fortalezca sus programas de educación sexual.

Dijo que el objetivo es que, desde edades tempranas, los adolescentes desarrollen una conciencia sobre una vida sexual activa y responsable, lo que les permitiría utilizar métodos anticonceptivos para prevenir tanto embarazos no deseados como enfermedades de transmisión sexual.

Llaman a prevenir los embarazos en menores

Los números

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, en Yucatán había 229 mil 124  adolescentes con edades entre 12 y 17 años. De este total, 112 mil 950 eran mujeres y 116 mil 174 eran hombres.

Según con el documento del Gepea, en 2020 la Tasa Específica de Fecundidad (TEF) entre adolescentes de 15 a 19 años en Yucatán se ubicó como la tercera más baja a nivel nacional, con 61.75 nacimientos por cada mil habitantes, sin embargo, también se revela otra realidad para las niñas de 10 a 14 años, y es que en ese mismo año, la entidad se colocó en el undécimo lugar a nivel nacional, con 1.90 nacimientos por cada mil niñas, superando el promedio nacional de 1.63.

A nivel estatal, Tekal de Venegas encabezó la lista en 2019 con una TEF de 7.87 nacimientos por cada mil niñas de 10 a 14 años, mientras que en 2020, Sudzal se posicionó como el municipio con la tasa más alta entre adolescentes de 15 a 19 años, alcanzando una cifra de 253.16 nacimientos por cada mil. 

Las consecuencias del embarazo a temprana edad

Alemán Góngora señala que, con base en los estudios, la probabilidad de ser madre en la infancia o en la adolescencia aumenta entre la población que se encuentra en situación de pobreza y, al mismo tiempo, los embarazos infantiles y adolescentes contribuyen a la reproducción intergeneracional de la pobreza; es decir, las personas nacidas en familias con bajos recursos económicos tienen altas probabilidades de permanecer en condiciones similares a lo largo de su vida.

Llaman a prevenir los embarazos en menores

Lamentó que las bajas expectativas y la falta de oportunidades escolares y laborales, aunadas a la idea de que el rol fundamental de las mujeres es el de ser madres y esposas encargadas del hogar y la familia, haga de las adolescentes en situación en pobreza, un grupo especialmente vulnerable a tener un embarazo adolescente que dificulte su movilidad social.

“Además de los estereotipos sociales sobre el rol de las mujeres en la vida pública y privada, el estigma en torno a la sexualidad premarital obstaculiza el acceso de las y los adolescentes a la información necesaria para acceder a una sexualidad responsable, así como a los métodos anticonceptivos necesarios para evitar embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual”, dijo.

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Cuidado para un embarazo saludable

Diego Vaca Vázquez, especialista en Medicina Familiar del IMSS Yucatán, indicó que, para garantizar un embarazo saludable, es fundamental que las gestantes acudan a valoraciones médicas oportunas y sigan las indicaciones de los especialistas. Además, tener una alimentación balanceada, una adecuada hidratación y un estilo de vida saludable son pilares esenciales para reforzar la salud tanto de la madre como del bebé.

El Instituto Mexicano del Seguro Social ofrece diversos servicios y programas diseñados específicamente para acompañar a las mujeres durante esta importante etapa de la vida.

En las Unidades de Medicina Familiar del IMSS, los módulos PrevenIMSS cuentan con personal capacitado para brindar chequeos preventivos y orientación; también se realizan consultas prenatales y si se detecta alguna complicación, se ofrecen tratamientos médicos o se deriva a hospitales de segundo o tercer nivel de atención.