Donald Trump celebra el envío de 10 mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera con México y la suspensión de aranceles por un mes.
Foto: AFP/Donald Trump

La reapertura de la prisión de Alcatraz fue ordenada por Donald Trump como parte de su propuesta de mano dura contra el crimen, en un mensaje emitido a través de su red Truth Social. El expresidente instruyó a la Oficina Federal de Prisiones, en coordinación con el Departamento de Justicia, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, para que activen el plan de reconstrucción de la histórica cárcel ubicada frente a la costa de San Francisco.

“Cuando éramos una nación más seria... encerrábamos a los criminales más peligrosos”, escribió Trump al justificar su decisión.

Alcatraz, símbolo de ley y orden para el trumpismo

La reapertura de la prisión de Alcatraz busca, según Trump, convertirse en “un símbolo de la ley, el orden y la justicia”. En su mensaje, el exmandatario afirmó que la isla volvería a ser usada para alojar a “los delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos”, como parte de su política de seguridad pública.

El anuncio se suma a otras declaraciones recientes del exmandatario en el marco de su campaña presidencial, como la propuesta de construir centros de detención masivos en Guantánamo o enviar presos a cárceles extranjeras.

Sin detalles sobre costos o logística

Aunque Trump emitió una instrucción directa, no se han precisado detalles logísticos sobre la reapertura de la prisión: cuántos reclusos albergaría, cómo se financiaría su reconstrucción o qué entidad asumiría el control legal de un espacio que ha estado bajo gestión del Servicio de Parques Nacionales como sitio turístico desde hace décadas.

Cabe recordar que Alcatraz cerró en 1963 por el alto costo de operación y el deterioro de su infraestructura. Todo debía transportarse en barco —desde alimentos hasta combustible—, lo que volvía su mantenimiento inviable.

La historia de “La Roca” vuelve a estar en el foco

Conocida popularmente como “La Roca”, Alcatraz es parte del imaginario estadounidense por su aislamiento y los criminales históricos que ahí estuvieron recluidos, como Al Capone y George “Machine Gun” Kelly.

Durante sus 29 años de funcionamiento, hubo 14 intentos de fuga protagonizados por 36 presos. La mayoría terminó recapturado o muerto, lo que contribuyó a su reputación como una prisión imposible de escapar.