Los videojuegos pueden ser una fuente importante de aventura y entretenimiento.
Existen títulos como Balatro, que ponen a prueba las habilidades estratégicas. Por otro lado, juegos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild (Nintendo) o la saga Assassin’s Creed (Ubisoft) que ofrecen experiencias inmersivas que permiten desconectarse del mundo real.

La tecnología también ha dado paso al exergaming, una combinación de videojuegos y ejercicio físico, como es el caso de Ring Fit Adventure.
Ante esta variedad, muchos padres y cuidadores se hacen la misma pregunta: ¿son beneficiosos los videojuegos para el cerebro en desarrollo de sus hijos?
El Dr. Michael Manos, especialista en salud conductual pediátrica, y el psiquiatra infantil Dr. Joseph Austerman analizan cómo los videojuegos pueden influir —positiva o negativamente— en el desarrollo cerebral infantil, y cuándo su uso podría convertirse en un problema de adicción.

¿Jugar videojuegos es bueno para el cerebro?
La evidencia científica sobre los efectos de los videojuegos en el cerebro es variada. Todo depende del tipo de juego. Un análisis de estudios realizados en 2020 sobre videojuegos comerciales sugiere que diferentes géneros potencian distintas habilidades cognitivas.
Por ejemplo, un juego basado en mover un punto pixelado estimula capacidades distintas a las que se requieren en un shooter en primera persona como Call of Duty. A su vez, los simuladores de estrategia como City Skylines o Civilization VII demandan pensamiento crítico y planificación. Y juegos como Wordle ponen a prueba la memoria y el lenguaje.

“Cuando observamos los videojuegos en general, notamos que ciertas habilidades visoespaciales —como la coordinación mano-ojo y la atención focalizada— tienden a mejorar con su uso”, señala el Dr. Austerman.
No obstante, el gran interrogante es si esas mejoras se trasladan al mundo real.
“Los estudios indican que estas habilidades mejoran mientras se juega”, añade el especialista, “pero eso no significa necesariamente que se apliquen fuera del entorno del videojuego”.
Este es un aspecto clave a considerar al evaluar los posibles beneficios de los videojuegos.
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Los videojuegos como una nueva forma de socialización
Los videojuegos ofrecen una vía distinta y positiva para socializar y hacer nuevas amistades.
“El juego en línea puede fortalecer los lazos sociales”, afirma el Dr. Austerman.
Por ejemplo, si tu hijo tiene compañeros de clase que juegan videojuegos en línea, estos pueden convertirse en espacios seguros para fortalecer esas relaciones. Y si tiene dificultades para hacer amigos en persona, las conexiones virtuales con otros niños de su edad pueden resultar muy valiosas.

Los videojuegos también benefician al cerebro
Según el Dr. Manos, “al igual que ciertos estimulantes, los videojuegos pueden aumentar la materia gris del cerebro”.
La materia gris es la capa externa del cerebro encargada de funciones clave como el control del movimiento, la memoria y la regulación de las emociones. A medida que aprendemos, esta estructura puede desarrollarse y adaptarse, fortaleciendo las conexiones internas del cerebro y mejorando la autopercepción.
En otras palabras, los videojuegos no solo pueden entretener, sino también contribuir al desarrollo cognitivo cuando se utilizan de forma adecuada.
La exploración en los videojuegos estimula la creatividad y refuerza el sentido de logro
Una de las grandes fortalezas de los videojuegos es su carácter interactivo. En juegos de rol como Baldur's Gate 3 o Mass Effect, los jugadores no solo deben cumplir una serie de misiones principales para avanzar en la historia, sino que también pueden explorar numerosos objetivos secundarios que enriquecen la narrativa y ofrecen recompensas adicionales.

Lo más interesante es que la forma de abordar estos retos depende completamente del jugador. Esta libertad de elección no solo fomenta la creatividad, sino que también intensifica la sensación de logro al completar cada misión, convirtiendo el progreso en una experiencia personal y gratificante.
Como padre ¿Cómo asegurar que los videojuegos aporten beneficio?
“Así como quieres que tus hijos jueguen al aire libre pero también puedas vigilarlos y saber qué están haciendo, lo mismo aplica cuando están en línea o jugando videojuegos”, señala el Dr. Austerman.
“Necesitas tener una especie de 'visión virtual' sobre sus actividades: saber con quién se conectan, cómo lo hacen y qué tipo de contenido consumen.”
Una excelente manera de fortalecer el vínculo con tus hijos en torno a los videojuegos es jugar con ellos.

“Al igual que antes se organizaban noches de juegos en familia con juegos de mesa, compartir un videojuego en grupo puede generar beneficios similares”, explica. “Cuando los videojuegos se combinan con interacciones cara a cara, el resultado suele ser positivo.”
En resumen, permitir que tus hijos se diviertan con la tecnología no es negativo, siempre y cuando te mantengas presente, seas consciente de los riesgos y fomentes una comunicación abierta sobre su uso.