Lorelei Crean, joven trans de 17 años, originaria de Estados Unidos, divide su tiempo entre tareas escolares, visitas universitarias y activismo trans. La adolescente, originaria de Washington Heights en Manhattan, vive con una presión añadida: es una de las jóvenes trans que enfrentan un gobierno que, desde el primer día, ha intensificado su ofensiva contra los derechos de la comunidad LGBTQ.
Jóvenes trans en Estados Unidos
Durante sus primeros 100 días de gobierno, Donald Trump ha revertido varios avances legales conquistados por las personas trans.
Emitió una orden ejecutiva que prohíbe tratamientos de transición para menores de 19 años en instituciones que reciben fondos federales. Además, suspendió la emisión de documentos con género neutro y declaró que “sólo existen dos géneros: masculino y femenino”.

“Mi existencia está en contradicción con la declaración de Trump”, afirma Lorelei, quien recientemente recibió su certificado de nacimiento con una “X” en la casilla de género. Esta medida ha generado incertidumbre legal para muchas personas trans, que ahora enfrentan obstáculos en el acceso a servicios básicos y documentos oficiales.
Activismo obligado: la nueva rutina de Lorelei
A pesar de estar en plena adolescencia, Crean se ha visto obligada a convertirse en activista a tiempo completo. Asiste a manifestaciones, organiza eventos y comparte su historia para visibilizar la situación que viven los jóvenes trans bajo la administración Trump. “Es un ataque diario contra la gente”, dice mientras observa el movimiento del parque en su vecindario.
La agenda de Crean no solo incluye protestas. También debe tomar decisiones universitarias considerando las leyes anti-trans en ciertos estados, lo que limita su libertad de elección educativa. “Dependiendo del estado, no tendré derechos”, señala.
Obstáculos en salud, educación y derechos civiles
Aunque Nueva York es un bastión demócrata, incluso allí algunos hospitales han obedecido las nuevas políticas federales, dejando de ofrecer tratamientos médicos de transición a menores.
Esta situación demuestra que las políticas federales tienen un impacto inmediato, incluso en estados progresistas.
Las personas trans enfrentan una red compleja de regulaciones: desde restricciones al uso de baños públicos hasta barreras en el acceso a la atención médica. Estas medidas no solo afectan a jóvenes como Crean, sino también a sus familias y comunidades.
“Podemos hacer algo”
Nathan Newman, padre de Lorelei, asegura que el activismo ha sido una vía para transformar la desesperanza en acción. “Ha sido bueno que puedan canalizarlo. No para sentirse desesperanzados, sino para ver que pueden hacer algo”, comenta.
Mientras el país se polariza cada vez más, Crean continúa luchando. “Hay gente que está saliendo a la calle y que antes no lo hubiera hecho”, concluye con determinación.
Información y fotos: AFP