Pelea por recursos de donativos, acusaciones por mala atención a los animales y uso de instalaciones inadecuadas, enfrenta la lucha animalista en Yucatán, los colectivos organizados y los llamados “rescatistas independientes” han entrado a un debate por las donaciones, acusándose que algunos han encontrado una forma de hacer negocio con el dinero que reciben de las personas ya sea por rescatar o por esterilizar a los animales.
La presidenta del Centro de Orientación Perpopolis Asociación Civil, Lourdes Durán Leal, explicó en entrevista que en los últimos años han surgido muchos colectivos y rescatistas independientes como parte de un “boom” de la llamada cultura animalista que lucha por los derechos y el bienestar de los animales.
A través de esa lucha, se han logrado cosas importantes como contar con leyes y castigos penales contra quienes cometen actos de crueldad animal, el apoyo a albergues, y campañas oficiales de esterilización, pero también ha hecho que muchos vean en este movimiento una forma de hacer negocio, señaló la entrevistada.

El negocio principal son las donaciones, que han atraído a muchas personas que, sin tener el conocimiento, la capacidad y el espacio adecuado para dedicarse al rescate de esos animales, lo hacen por eso, por el dinero que se recibe que puede a llegar a ser una buena cantidad, sobre todo en casos que se vuelven virales en redes sociales, explicó.
Eso no solo ha provocado una división y enfrentamientos entre colectivos e independientes, sino que también ha causado daño a muchos animales, en especial a perritas que son esterilizadas con métodos inadecuados pero que son baratos y en muchos casos con consecuencias funestas.

Por ejemplo, continuó, a través de nuestra asociación civil hemos difundido y reiterado que no se debe esterilizar a las perras cuando están gestando porque representa un peligro para su vida y en todo caso si se decide hacerlo se tiene que hacer con un procedimiento de anestesia general inhalada.
“Ese procedimiento tiene un costo mínimo de mil 500 pesos, pero pues prefieren buscar a veterinarios que carecen de ética y les hacen el procedimiento sin anestesia por 300 pesos, entonces se ahorran mil 200, pero por lo general la perra termina muerta”, subrayó.
Además, para hacer ese tipo de campañas de esterilización en Mérida no se puede hacer nada más así porque sí, se requiere de un procedimiento y de solicitar permisos a la Secretaría de Salud de Yucatán, entonces para evitarse esos permisos y esos procedimientos van con veterinarios de municipios aledaños, en especial en Kanasín.
Indicó que ella y otras asociaciones han interpuesto denuncias contra “rescatistas independientes” y veterinarios por casos en donde se ha hecho una mala praxis y por esterilizaciones hechas sin el debido procedimiento, para tratar de poner un alto a esa situación.
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Por su parte, Elsa Arceo, coordinadora de Rescatistas Independientes de Yucatán, reconoció que muchos de las personas que rescatan animales no tienen la preparación mínima para hacerlo, por lo que piden a la autoridad estatal y municipal la realización de un censo para conocer cuantas el estatus en el que se encuentra este sector en la entidad.
“Estamos pidiendo a las autoridades una regularización y se conozca cuántas personas son las que se dedican a ser rescatistas independientes, para que todo sea más transparente y que de verdad los donativos y ayudas que les dan las personas lleguen hasta los animales que rescatan”, indicó.
Consideró que el censo tendría que hacerse en todo el Estado y no solo en Mérida, porque calculan que ya son más de dos mil 500 las personas que se dedican a rescatar animales de la calle y aunque hay muchas personas que verdaderamente están comprometidas, hay otros que solo buscan el lucro.
“Así que lo que queremos es que las autoridades apoyen a las personas que de verdad trabajan muchas veces sin ningún tipo de ayuda”, subrayó.

En ese sentido, Durán Leal diseñó el “Manual del Rescatista Sano” el cual ya presentó al ayuntamiento de Mérida y al Congreso del Estado para que en su caso se analice y se establezca como un reglamento para el adecuado rescate de animales y el debido proceso de esterilización.
Y es que también hay presuntos “rescatistas” que tienen supuestos refugios para rescatar a perros de la calle, pero cuando llegas a verlos, tienen a los perros en pésimas condiciones, lo cual también representa un acto de mal trato y crueldad animal.
“Claro lo hacen para recibir donativos y apoyos, pues han visto que hay mucha gente que sí aporta a la causa animalista en especial muchos residentes extranjeros, pero no tienen las condiciones ni el lugar adecuado y solo lo hacen como un negocio, y eso ha empezado a provocar una confrontación entre las asociaciones civiles bien establecidas y los independientes”, precisó.

Quizá el caso más emblemático de este problema es la denuncia que varios colectivos realizaron a una joven de nombre Alejandra Noh, quien rescató a una perrita llamada “Negrita” que fue atropellada en reiteradas ocasiones en calles de Kanasín.
Para los colectivos, la joven no realizó los procedimientos adecuados y tampoco respetó los protocolos establecidos, pues debió entregar a la perrita a las autoridades para su debido cuidado y canalización, pero a cambio emprendió una campaña en redes sociales para recolectar donativos y al final la perrita murió.