Las luciérnagas, esos pequeños faros de luz natural, están en riesgo de desaparecer. Salvador Castell González, biólogo y fundador de la organización Va por la Tierra, advierte que estos insectos sufren por la contaminación lumínica, el uso masivo de pesticidas, la destrucción de su hábitat y los efectos del cambio climático.
Según el experto, la luz artificial nocturna interfiere con la comunicación luminosa de las luciérnagas, especialmente durante el apareamiento. Además, los pesticidas no solo las envenenan, sino que eliminan también a sus presas naturales, lo que agrava la crisis.
Acciones sencillas para proteger a las luciérnagas
Aunque el panorama parece preocupante, Castell asegura que aún se puede revertir si se actúa a tiempo. Desde Va por la Tierra, se promueven acciones comunitarias y campañas de sensibilización para que la ciudadanía se involucre en la preservación de las luciérnagas.
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Entre las recomendaciones clave que pueden aplicarse desde casa, el especialista destaca:
- Apagar o reducir luces exteriores durante la noche.
- Evitar pesticidas y optar por métodos naturales de control de plagas.
- Plantar vegetación nativa, que sirva de alimento y refugio.
- Conservar fuentes de agua y colocar troncos o piedras pequeñas en jardines.
- Crear jardines biodiversos, como pequeños santuarios para estos insectos.
Tu jardín, un faro de esperanza para las luciérnagas
La bioluminiscencia que las caracteriza es vital para su reproducción. Por eso, el llamado es claro: menos luces, más vida. Castell enfatiza que cualquier espacio verde puede transformarse en un punto de apoyo para las luciérnagas: “Tu jardín puede servir como un faro de esperanza en la noche más oscura”.
Finalmente, invita a las personas a informarse y actuar: “La esperanza de conservar a las luciérnagas para las futuras generaciones depende de todos nosotros”, concluye.