La reciente suspensión de una obra hidráulica ejecutada por el Ayuntamiento de Dzemul fue recibida como un verdadero alivio por parte de los habitantes de Xtampú, especialmente para las 64 familias que dependen de la producción artesanal de sal.
Para los integrantes de la cooperativa salinera, el riesgo era alto: si el agua dulce llegaba a mezclarse con el agua salada de las charcas, la producción se habría perdido. José Chi Aké, secretario de la cooperativa, manifestó su alivio ante la medida.
“Nuestras charcas de sal estaban corriendo peligro, esto lo tratamos de cuidar. La gente está agradecida”, expresó. “Con esta decisión, las artesanas y artesanos están más tranquilos, sobre todo ahora que estamos en plena temporada de cosecha” agregó.
Proyecto sin permisos amenazaba producción artesanal
Los pobladores de Xtampú habían expresado previamente su preocupación, denunciando que la obra avanzaba sin consulta y sin respetar su forma de vida. La producción de sal en esta zona no solo representa un ingreso económico, sino también un legado cultural que se transmite de generación en generación.
Sostuvo que las familias artesanas ya están más tranquilas con la suspensión de la obra, ya que la producción de sal, la cual se cosecha en esta temporada de calor, está más segura.
PROFEPA ordena suspensión por violaciones ambientales
Cabe recordar que, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) ordenó la detención inmediata de los trabajos tras confirmar que la obra se realizaba sin contar con el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), violando la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.
La intervención, parte de un proyecto de rehabilitación del sistema de agua potable, implicaba excavaciones, instalación de tuberías y desmonte de vegetación en una zona de manglares y salineras.
Con el resolutivo PFPA/37.7/2C.28.2/0179-23, la PROFEPA también informó que se impondrá una sanción económica al Ayuntamiento de Dzemul, responsable de haber iniciado los trabajos sin los permisos ambientales correspondientes.
Esta medida marca un precedente importante en la defensa del patrimonio natural y cultural de Yucatán y refuerza la lucha de las comunidades que buscan preservar su entorno y sus tradiciones frente al avance de obras sin planificación ni respeto por el medio ambiente.