A poco más de seis meses de iniciar la actual administración estatal, la Junta de Agua y Alcantarillado de Yucatán (Japay) ha logrado reparar más de 20 mil fugas de diferentes tamaños, principalmente en ductos de PVC de media pulgada, que corresponden a las tuberías domiciliarias, así lo informó Francisco Torres Rivas, director de la dependencia, quien también hizo un llamado a la ciudadanía para que reporte estas incidencias y puedan ser atendidas con prontitud.
El funcionario resaltó que la cantidad de agua perdida por las fugas representa una significativa suma, ya que el 50 por ciento del total facturado por Japay corresponde a estas situaciones.
Explicó que las fugas no siempre son visibles, lo que complica su localización. Sin embargo, destacó que están trabajando para identificarlas y recuperar esos recursos. Además, mencionó que han reparado tuberías de diferentes tamaños, desde dos pulgadas hasta 36, y que el tamaño de la fuga depende del diámetro de la tubería y el tiempo necesario para repararla.
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Torres Rivas indicó que, para hacer frente a la gran demanda de reparaciones, se pagaron horas extras al personal de las brigadas y se organizaron en tres turnos durante los primeros meses de la administración. También señaló que la infraestructura hidráulica de Mérida es muy antigua, y que el desgaste de las vías y el aumento en el tráfico vehicular han contribuido al aumento de las fugas.
El director de Japay subrayó la importancia de la colaboración ciudadana, ya que los reportes de fugas a través de las redes sociales y otros canales permiten una respuesta más rápida y eficiente.
El robo de infraestructura afecta el servicio
Además, señaló que la temporada más cálida del año y el robo de elementos clave para el suministro de agua complican aún más la situación. Expuso que en días recientes acudió a la colonia Bicentenario, donde se detectó una fuga debido al robo de cables, lo que afectó a los vecinos de la zona.
Finalmente, hizo un llamado a la población para que reporte cualquier actividad sospechosa en las plantas de Japay, ya que el robo de cablería, especialmente aquella que está conectada a alta tensión, representa un riesgo de muerte para los ladrones y pone en peligro a la comunidad.