Con la llegada de la Semana Santa, la Arquidiócesis de Yucatán se prepara para recibir a miles de fieles que participarán en las tradicionales representaciones del viacrucis, tanto en Mérida como en municipios del interior del estado, como Acanceh y Baca. Así lo dio a conocer el padre Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis, quien destacó el profundo significado espiritual y comunitario que estas manifestaciones tienen para el pueblo yucateco.

Generaciones completas

El vocero recalcó que la tradición del viacrucis en la entidad está viva y sigue generando un impacto, no solo a nivel religioso, sino también cultural y social: “lo más hermoso es ver cómo se involucran generaciones completas. Hay familias que han participado durante años, y hoy son los hijos o nietos quienes toman el relevo. Es una forma de transmitir la fe, pero también los valores de comunidad, respeto y reflexión”.

“Semana Santa es el momento más importante del año para los cristianos católicos”, explicó el presbítero. “En ella recorremos los momentos de la vida de Jesús: su pasión, muerte y resurrección. Esta semana está marcada por signos profundamente simbólicos como el lavatorio de los pies, la última cena y, por supuesto, el viacrucis”.

Algunos de estos viacrucis, sobre todo en municipios como Acanceh y Baca, tienen una larga tradición. La gente se organiza, ensaya, se prepara espiritualmente. 

El padre comentó que, tras la interrupción de muchas actividades durante la pandemia, la participación en las celebraciones de Semana Santa ha ido en aumento año con año. 

“Después de cinco años, hemos visto cómo se ha ido recuperando la participación con mucho fervor. Yucatán no solo ha crecido en población local, sino también en la cantidad de personas que llegan a vivir aquí, y a eso se suma el turismo religioso”, explicó.

Miles de personas

Cada año, cientos de miles de personas asisten a los diversos viacrucis que se celebran en parroquias de Mérida y en municipios del interior, muchos de los cuales son representaciones vivientes. 

“Hay un valor artístico muy importante también, pero por encima de todo hay un valor espiritual: hemos visto a muchos de los actores acudir a confesarse antes de sus representaciones, con el deseo sincero de vivir de forma íntegra esta experiencia”.

El sacerdote expuso que estas representaciones impactan en quienes participan: “marcan su vida espiritual, su vida familiar y personal. Para muchos, representar a Jesús, a los apóstoles o a cualquier personaje de la Pasión se convierte en un momento de encuentro íntimo con Dios. No se trata solo de repetir una escena, sino de revivirla con el alma”.

Vivir estas fechas con fe

La Arquidiócesis ha hecho un llamado a vivir estas fechas con fe, pero también con responsabilidad: “esperamos una participación muy abundante, por lo que es fundamental mantener el orden, garantizar la seguridad y estar atentos a las condiciones climáticas. Las altas temperaturas pueden provocar desmayos o golpes de calor, así que pedimos a todos que se hidraten bien y tomen las precauciones necesarias”.

A lo largo de la semana, diversas parroquias han extendido sus horarios de confesión, especialmente durante las noches: “de ocho a diez hemos estado recibiendo a muchas personas que buscan reconciliarse con Dios. La confesión es una parte esencial de este tiempo litúrgico, permite sanar el corazón y disponerse mejor para vivir el misterio pascual. Hemos notado que la gente sale distinta, más aliviada, con ganas de cambiar”.

Finalmente, el padre Jorge Martínez Ruz invitó a la población a no quedarse solo como espectadores, sino a vivir esta Semana Santa de forma activa y consciente: “más allá de las imágenes o las dramatizaciones, el viacrucis es una oportunidad para caminar con Jesús, para recordar lo que Él vivió por nosotros y también para preguntarnos cómo estamos viviendo nuestra propia fe”.