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El reto de la veda: sustento y creatividad

En el corazón del puerto de Chuburná, la vida de los pescadores no se detiene cuando las redes quedan en silencio. Antes de que llegue el 1 de abril, fecha que marca el fin de la veda del mero, hombres y mujeres de mar como Marcos Ku Puc y sus hijos, Jesús Antonio y Marcos Jr., enfrentan un desafío diario: encontrar el sustento para sus familias mientras esperan el regreso a la pesca.

Con más de tres décadas en el oficio, Marcos comparte su pasión por el mar y la herencia familiar que ha transmitido a sus hijos. Sin embargo, la realidad de su labor es compleja. Durante la veda, no se quedan de brazos cruzados; aprovechan su conocimiento y habilidad para transformar el pescado congelado en delicias culinarias que ofrecen a sus vecinos.

“Tenemos que buscar de dónde hacer unos centavos extra, el apoyo del Gobierno es bueno, pero en casa hay muchas necesidades”, señaló Marcos Ku Puc.

Marisquerías improvisadas: una alternativa en la veda

Las marisquerías improvisadas en los hogares de muchos pescadores se convierten en un refugio gastronómico para los amantes de los sabores del mar. Ceviches, cocteles de camarón y caldos invitan a los comensales a disfrutar de lo mejor de la gastronomía yucateca.

“Aquí no hay engaño, es lo que sacamos cuando subimos al barco, nuestro producto está fresco y la gente sabe que vendemos los fines de semana”, comentó Marcos Ku Puc.

El regreso al mar: un trabajo de esfuerzo y riesgo

Cuando termina la veda del mero, estos pescadores pasan al menos 20 días en altamar, buscando especies que caracterizan a Yucatán, como el pulpo, la langosta y el mero. Aunque la vida en el mar es gratificante, implica grandes riesgos y esfuerzo físico.

Mientras esperan el momento de navegar de nuevo, estos pescadores demuestran que, aunque el mar los llame, el hogar y la comunidad también son una parte vital de su vida. En Chuburná, la tradición pesquera se entrelaza con la creatividad culinaria, creando así una fusión que alimenta no solo el cuerpo, sino también el espíritu.

Incertidumbre en el inicio de la temporada de captura

El inicio de la temporada de captura de mero en Yucatán está marcado por la desaparición de cuatro pescadores ribereños que, a bordo de la lancha “Maní”, zarparon desde Chicxulub Puerto, Progreso, y debieron regresar el pasado 25 de marzo.

Este 1 de abril, cerca del 70% de los pescadores yucatecos12,364 según el padrón pesquero estatal 2025– saldrán a la mar, pese al pronóstico de vientos de hasta 80 km/h, según informó Enrique Sánchez Sánchez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola en Yucatán.