El regreso de la minería en El Salvador
El río San Sebastián, ubicado en Santa Rosa de Lima, El Salvador, se ha convertido en un símbolo del daño ambiental causado por la minería.
La falta de peces en el río es solo una de las consecuencias de las aguas contaminadas por desechos procedentes de una antigua mina de oro. Con el regreso de la minería legal al país, el temor se extiende sobre cómo este fenómeno podría repetirse en otras zonas.
El río, que antes era hogar de diversas especies acuáticas, ahora es un cuerpo de agua contaminado por desechos de la minería.

Según la líder comunitaria Graciela Funes, el agua del río San Sebastián es de color cobre debido a la contaminación.
En 2016, un informe de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos ya había alertado sobre el impacto severo de la minería en la calidad y disponibilidad del agua en la región.
Minería, una "deuda pendiente"
El gobierno de El Salvador reintrodujo la minería de metales a finales de 2024, una actividad que había sido prohibida desde 2017.
El presidente Nayib Bukele defendió la decisión alegando que el país posee yacimientos de oro por 131.000 millones de dólares, lo que podría impulsar la economía salvadoreña.
Sin embargo, los ambientalistas cuestionan estas cifras y temen que la reactivación de la minería aumente los daños ambientales. Cidia Cortés, bióloga, considera que la reintroducción de la minería agrava una deuda pendiente por resolver los daños causados en décadas anteriores.

¿Es la minería una oportunidad o una amenaza?
El debate sobre la minería en El Salvador se ha intensificado. Para algunos, es una oportunidad para mejorar la economía del país, mientras que otros temen que la minería afecte al agua, como ya ocurrió con el río San Sebastián. Las autoridades ambientales advierten sobre los riesgos que este tipo de actividades conlleva, como la contaminación de ríos importantes como el Lempa, que abastece a más del 70% de la población de la capital.

AFP