La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió un fallo histórico que amplía la protección contra la discriminación hacia mujeres trans y establece sanciones para quienes vulneren sus derechos.
Esta decisión es un paso clave en la lucha por la justicia y reparación de quienes han sido excluidas y violentadas en espacios públicos.
La discriminación es violencia y debe repararse
Por primera vez, la SCJN determinó que la discriminación por identidad y expresión de género genera daño moral, sin necesidad de que las víctimas lo prueben con mayores exigencias.
Este criterio rompe con estándares tradicionales que ponían la carga de la prueba sobre las personas afectadas, dificultando el acceso a la justicia.
Así lo informó las agrupaciones EQUIS Justicia para las Mujeres y Red de Juventudes Trans México, quienes acompañaron este caso desde hace 10 años.
Ahora, se reconoce que:
✔️ La discriminación ocurre en un contexto de desigualdad estructural.
✔️ No es necesario demostrar daño psicológico con pruebas adicionales.
✔️ Las empresas y particulares deben garantizar espacios seguros para todas las personas.
El caso que abrió el camino a la justicia
La sentencia responde a una lucha legal de más de 10 años, impulsada por Jessica Marjane, Alessa Flores y Lía García, quienes fueron víctimas de discriminación en el Centro Comercial Reforma 222, en Ciudad de México. Seguridad del establecimiento les negó el acceso a sanitarios por su expresión e identidad de género, vulnerando sus derechos.
Este hecho marcó un precedente en la defensa de los derechos de las mujeres trans, pero también evidenció la violencia estructural que aún persiste.
Este fallo no solo reconoce el daño sufrido, sino que también establece sanciones económicas (daños punitivos) para prevenir la discriminación en el futuro. Ahora, las empresas que incurran en actos discriminatorios deberán pagar compensaciones, reforzando la idea de que la exclusión tiene consecuencias.