Terapia con delfines amazónicos en Brasil ayuda a jóvenes con discapacidad a mejorar su bienestar físico y emocional en un entorno natural.
Fotos: AFP / Terapia con delfines amazónicos en Brasil ayuda a jóvenes con discapacidad a mejorar su bienestar físico y emocional en un entorno natural.

Un tratamiento alternativo en el Amazonas

Con medio cuerpo sumergido en el río Negro, Luiz Felipe abraza a un delfín rosado y sonríe. El joven, de 27 años, tiene síndrome de Down y participa en una terapia única en Brasil que desde hace casi dos décadas ayuda a personas con discapacidad.

Este programa, conocido como 'bototerapia', se lleva a cabo en Iranduba, en el estado de Amazonas, y ofrece un tratamiento complementario para mejorar el bienestar físico y emocional de los pacientes.

¿En qué consiste la 'bototerapia'?

El fisioterapeuta Igor Simoes Andrade, creador de esta terapia, explica que no sustituye otros tratamientos médicos, pero sí ofrece una experiencia enriquecedora.

“Es una alternativa no convencional que aporta ánimo, contacto con la naturaleza y una fuerza que no encuentran en ambientes hospitalarios”, señala Simoes.

Desde 2006, esta terapia ha beneficiado a más de 400 familias, brindando apoyo a niños y jóvenes con autismo, parálisis cerebral y síndrome de Down.

Delfines en su hábitat natural

A diferencia de otras terapias con animales, la bototerapia se realiza con delfines en libertad, en su entorno natural. Esto la convierte en una técnica pionera en el mundo.

Antes de entrar al agua, los participantes practican ejercicios de respiración y yoga, lo que les ayuda a relajarse y prepararse para la interacción con los delfines rosados del Amazonas.

Beneficios para el cuerpo y la mente

El contacto con estos cetáceos mejora aspectos como el equilibrio, el fortalecimiento de la columna vertebral y la psicomotricidad. Además, la interacción con los delfines aporta seguridad y confianza a los jóvenes.

“Aquí no tratamos patologías, sino seres humanos”, enfatiza Simoes.

Gracias al apoyo de patrocinadores, las sesiones son gratuitas y cuentan con la autorización del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama).

Para Luiz Felipe, esta experiencia ha significado un gran avance. En su primera sesión tenía miedo de entrar al agua, pero ahora nada con más confianza junto a los delfines.

Fotos y texto: AFP

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