La importancia de fortalecer el turismo en los Pueblos Mágicos de Yucatán
Hoteleros en el estado señalan que los nombramientos de Pueblos Mágicos en la entidad deberían estar acompañados de políticas públicas que generen beneficios no solo en la llegada de más turismo, sino también en el aumento de la pernocta en los sitios, lo que favorecería a toda la comunidad.
El presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles en Yucatán (AMHY), Juan José Martín Pacheco, aseguró que, aunque Yucatán cuenta con siete Pueblos Mágicos, tres de ellos designados en 2023, estos nombramientos no han repercutido en beneficio del sector hotelero.
Argumentó que esto se debe a la falta de comités organizadores en cada uno de estos municipios y a la ausencia de un presupuesto de promoción.
Los siete Pueblos Mágicos de Yucatán
Los municipios de Izamal, Valladolid, Maní, Motul, Espita, Tekax y Sisal han recibido la designación de Pueblos Mágicos, destacando por su cultura, gastronomía y paisajes pintorescos, llenos de historia y belleza.
El programa Pueblos Mágicos, creado el 5 de octubre de 2001 por la Secretaría de Turismo (Sectur), busca proteger y resguardar la riqueza cultural de diversos poblados en México. Hasta 2024, el programa ha registrado 177 designaciones en el país.
Durante 20 años, Yucatán solo tuvo dos Pueblos Mágicos: Izamal (nombrado en 2002) y Valladolid (reconocido en 2012). En la pasada administración estatal se lograron cinco nuevos nombramientos: Sisal y Maní en 2020, seguidos de Espita, Motul y Tekax en 2023, sumando un total de siete comunidades con esta distinción.
Falta de integración de comités y financiamiento para Pueblos Mágicos
El presidente de los hoteleros, quien recientemente asumió un nuevo periodo en el cargo, subrayó que la creación de un Pueblo Mágico no se limita a recibir un nombramiento. Es fundamental que los gobiernos estatales y municipales, junto con la sociedad civil, integren comités locales y cuenten con recursos para la promoción turística.
Al cierre de 2023, solo el 26.6% (47) de los Pueblos Mágicos contaron con información estadística sobre su actividad turística, lo que dificulta medir el impacto real del programa tras casi 24 años de operación.
Críticas al programa Pueblos Mágicos
Expertos en turismo y hotelería han señalado que el programa federal de Pueblos Mágicos se ha convertido en un título político que, en algunos casos, complica la situación de los municipios. Como ejemplo, mencionan el caso de Sisal, donde el nombramiento ha derivado en sobreexplotación y fraudes a los visitantes, beneficiando únicamente a empresarios locales en lugar de promover un turismo sustentable.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, durante el cuarto trimestre de 2023, la población ocupada en el sector de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas fue de 121,741 personas, lo que representó un incremento del 11.2% respecto a 2019.
La necesidad de inversión y desarrollo en los nuevos Pueblos Mágicos
“Es momento de trabajar en integrar los comités de los siete Pueblos Mágicos de Yucatán y registrar los atractivos que ofrece cada uno”, afirmó Juan José Martín Pacheco, presidente de la AMHY.
De acuerdo con la Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán, en 2023, la actividad turística en el estado generó una derrama económica de 12,869 millones de pesos, un incremento del 34.9% en comparación con 2022.
Martín Pacheco recordó que, cuando fue funcionario público, participó en los nombramientos de Izamal y Valladolid. En ese entonces, se realizaron levantamientos turísticos, se instalaron comités locales y se destinaron aproximadamente tres millones de pesos para la imagen y mantenimiento de cada destino.
El presidente de la AMHY destacó que estrategias similares podrían implementarse en los nuevos Pueblos Mágicos de Yucatán. Realizar estudios sobre los atractivos turísticos de cada localidad permitiría convertirlas en polos de desarrollo, incentivando la construcción de hoteles y restaurantes, así como la llegada de más visitantes.
Si bien se otorgaron nuevas designaciones durante la administración pasada, estas carecen de comités organizadores, presupuestos, infraestructura y lineamientos claros para su promoción.
El empresario subrayó que, si la sociedad civil, la iniciativa privada y los gobiernos colaboran para impulsar estos destinos, habría más interés de los inversionistas en Yucatán.
Finalmente, consideró que, aunque no se concrete la construcción de grandes hoteles, podrían desarrollarse hostales y hoteles boutique, beneficiando directamente a empresarios y familias locales.