Foto: Cortesía

Voz de tinta

Jorge Pacheco Zavala

Los lectores son el complemento perfecto de los escritores. Los lectores llegan a conclusiones que muchas veces quien escribió la historia ni siquiera imaginó. Leer también es escribir, debido a que el lector es el intérprete y traductor de lo escrito. ¿Sabe usted cuántos escritores fueron capturados por una inspiradora línea contenida en un libro?

El escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, dijo en su discurso de aceptación: “La literatura me salvó de la soledad, de la ignorancia, de la estupidez, de la crueldad. Me enseñó a leer, a escribir, a pensar, a sentir, a soñar”.

Leer y escribir son dos actos diferentes. Leer es disfrutar, imaginar, llorar, reír y a veces sufrir; pero siempre con la empatía de por medio. Leer es ponerse en los zapatos del personaje, sin importar que por ahora le haya tocado vencer la oposición. Leer es sumergirse en el profundo abismo de la historia y esperar con ansias emerger con el triunfo entre las manos. Leer es abstraerse. Leer es esconderse, escapar del ruido y los amontonamientos humanos. Leer es leernos a nosotros mismos, leer nuestra propia historia escrita por un desconocido. Leer estimula la actividad neuronal y activa la imaginación. Leer nos provee de herramientas lingüísticas para viajar por la vida. Leer es vivir otras vidas. Leer es viajar y explorar. Leer es descubrir tierra nueva siempre. Leer es espejear la vida desde el asiento del copiloto. Leer podría cambiarlo todo, pero todo lo que nos rodea lucha para impedir que leamos. Leer rompe paradigmas. Leer cubre los vacíos existenciales que la vida nos va dejando. Leer es una marca de identidad, una pasión. 

Escribir es sinónimo de soledad. Escribir es ausentarse voluntariamente. Escribir casi siempre es consecuencia de leer. No todo el que lee llega a ser escritor, pero todo escritor que se precie de serlo, comenzó leyendo un libro. Escribir es completar la historia con la parte de la vida que nos queda por vivir. Escribir es reinventarnos y reinventar la realidad. Escribir también incluye en el paquete momentos de tristeza, frustración y abandono. No hay nadie más solo que un verdadero escritor. Ser escritor no es una moda, es un modo de vida. Escribir es respirar a través de la pluma. Escribir también es un proceso, nada sucede de manera espontánea. Escribir es describir. Escribir es imaginar con los ojos puestos en la realidad. Escribir siempre va más allá de la realidad. Escribir es concebir otros mundos, otras realidades. Escribir es jugar con la anécdota y convertirla en un cuento. Escribir es mirar el cielo y reinventar lo infinito, es comparar lo profundo de una mirada y al mismo tiempo pretender capturar el horizonte lejano. Escribir es aprender y desaprender. Escribir también es aprehender. 

Leer y escribir… imprescindible dupla para crecer.

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