El impacto ambiental y la pesca furtiva en la región
La sobreexplotación de caracoles en la Península de Yucatán ha desatado una alerta sobre el deterioro de los ecosistemas marinos.
En Yucatán, la pesca de caracoles ha desaparecido casi por completo, mientras que en Campeche y Quintana Roo, las poblaciones restantes están severamente afectadas.
Según Marta Enríquez, investigadora asociada en el Laboratorio de Biología y Cultivo de Moluscos, la situación es crítica.
Estado actual de las pesquerías de caracoles
En Yucatán, la pesquería de caracoles está prácticamente extinta, mientras que en Campeche las poblaciones siguen siendo explotadas a pesar de estar severamente mermadas.
En Quintana Roo, la pesca de caracoles sigue siendo estacional, pero está limitada. La región ha perdido varias especies importantes, como el caracol rojo y la campechana, las cuales son casi imposibles de encontrar.
Pesca furtiva y sus consecuencias
La pesca furtiva es otro factor que agrava la situación. A pesar de las regulaciones, especies como el caracol rosa siguen siendo extraídas ilegalmente.
Enríquez destaca que este tipo de pesca ilegal proviene del Arrecife Alacranes, un área crucial para la biodiversidad marina de Yucatán. Esta práctica no solo pone en peligro a las especies, sino también el equilibrio ecológico de la región.
Además de su valor económico, los caracoles tienen una función vital en el ecosistema marino.
Ayudan en la renovación del fondo marino al mover la arena y alimentarse de algas y detritos.
Su desaparición podría generar un desequilibrio ecológico que tendría efectos negativos a largo plazo en toda la biodiversidad marina de Yucatán, advirtió.
Quadratín