El significado de las "sillas confidentes" en Mérida
En el corazón de Mérida, las emblemáticas "sillas confidentes" se encuentran en varios rincones pintorescos, invitando al descanso y la contemplación.
Estas bancas blancas, conocidas también como "sillas tú y yo", se han convertido en un símbolo de la ciudad, no solo por su función, sino por la historia que esconden.
El origen de las "sillas confidentes"
Aunque su origen exacto es incierto, se cree que las "sillas confidentes" fueron inspiradas en el modelo francés del siglo XIX llamado tête-à-tête.
Este diseño permitía a las parejas sentarse frente a frente sin contacto físico, facilitando la conversación y la conexión.
En Mérida, durante el auge del henequén a principios del siglo XX, el diseño afrancesado pudo haber influido en la creación de estas bancas, que rápidamente se convirtieron en un distintivo de la ciudad.
La leyenda popular de las sillas
Una de las leyendas más populares relacionadas con las "sillas confidentes" cuenta la historia de un padre sobreprotector que, para evitar el contacto físico entre su hija y su enamorado, instaló estas bancas en el parque central de Mérida.
Aunque la veracidad de esta historia es cuestionable, se ha mantenido como una tradición oral que ha sumado al misterio y encanto de estas sillas.
Mérida ha renovado su amor por estas sillas con versiones modernas en el Parque Santa Lucía.
Las "sillas confidentes" gigantes, hechas de fibra de vidrio y con una altura de 2.4 metros, se han convertido en un atractivo turístico muy popular.
Estas versiones contemporáneas ofrecen a los visitantes una experiencia única mientras exploran la ciudad, fusionando lo tradicional con lo moderno.
Las "sillas confidentes" siguen siendo una representación tangible del romance y la historia cultural de Mérida, invitando a todos a descansar y a conectarse, tanto con la ciudad como con sus historias.