Diseño: Aura Andrade

De pequeño, jamás sintió el consuelo de un abrazo que le tranquilizara. Ni de su padre, ni mucho menos de su madre. Aquella ausencia de contacto fue moldeando su carácter, volviéndolo hostil y receloso ante las muestras de afecto.

Los abrazos, para él, eran un gesto extraño y ajeno. ¿Qué era un abrazo, si nunca lo había sentido como propio?

Así creció, como un hombre que rara vez demostraba cariño o amor hacia los demás. Pero el abrazo, ese acto tan sencillo y poderoso, tiene la capacidad de transformar no solo un mal día, sino una vida entera.

Un abrazo siempre es bienvenido: en los momentos de alegría y en los de tristeza, en el duelo, en la nostalgia, en la celebración de una buena noticia o en el alivio de una mala. Un abrazo puede reparar una infancia rota, sanar un pasado sombrío o simplemente ser un refugio en medio del caos.

Beneficios de dar un abrazo

De acuerdo con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dar o recibir entre cuatro y ocho abrazos al día tiene múltiples beneficios.

Según Alicia Castillo Martínez, de la Facultad de Medicina, este acto fortalece el sistema inmunológico, mejora la memoria y el sentido de pertenencia, y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Foto: Cuartoscuro

“El contacto interpersonal es vital, especialmente en los extremos de la vida: en bebés y adultos mayores, quienes lo necesitan con mayor urgencia a medida que envejecen”, explicó Castillo Martínez.

Además, destacó que el estrés crónico, sin periodos de descanso o restauración, puede afectar las neuronas y frenar la neurogénesis, el proceso de creación de nuevas células cerebrales.

@damelimonada

¿Sabías qué? HOY ES EL DÍA MUNDIAL DEL ABRAZO ¿Cuántos abrazos vas a dar hoy? Cuéntamelo en los comentarios y comparte este video con alguien que necesite uno. 🤗🍋 El Día Mundial del Abrazo se celebra cada 21 de enero y fue creado en 1986 por Kevin Zaborney en Estados Unidos. Su intención era animar a las personas a expresar sus emociones de manera más abierta y afectiva, ya que notó que muchos eran reacios a mostrar cariño, especialmente en público. Zaborney eligió esta fecha porque ocurre justo después de las fiestas de fin de año y antes del Día de San Valentín, un período en el que las personas tienden a sentirse más solas o necesitan un impulso emocional. El objetivo principal es promover los beneficios emocionales y físicos de los abrazos, como la conexión, la reducción del estrés y el aumento de la felicidad. #psicologíapositiva #díadelabrazo #fyp #paratiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

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Por su parte, Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología, enfatizó que los abrazos incrementan la producción de serotonina y dopamina, sustancias que generan bienestar y placer.

“Es una conducta de bajo costo con múltiples beneficios, pero debe ser consensuada y adecuada al contexto cultural y emocional de las personas”, añadió.

¿Por qué necesitamos abrazos?

Más allá de sus beneficios físicos, como la reducción de la presión arterial y la activación del sistema inmunológico, los abrazos tienen un impacto profundo en nuestra salud emocional. En adultos mayores, por ejemplo, estimulan la memoria y el sentido de pertenencia, evitando la depresión asociada con el aislamiento social.

El Día Internacional del Abrazo, celebrado cada 21 de enero, nos recuerda la importancia de este acto simple y universal.

Establecida en 1986 por Kevin Zaborney, esta fecha busca promover las muestras de afecto en un mundo donde el contacto físico se ha vuelto cada vez más escaso.

Sin embargo, no todos los abrazos son iguales. González Oscoy explicó que el tipo de abrazo varía según la intención: consuelo, pésame, afecto romántico o apoyo comunitario. El tiempo, la intensidad y las zonas del cuerpo que se tocan también son factores clave para interpretar su significado.

El abrazo como medicina emocional

En un mundo lleno de prisas, donde las interacciones digitales han sustituido en gran medida el contacto físico, abrazar a alguien puede ser un acto revolucionario. Es un recordatorio de nuestra vulnerabilidad y humanidad compartida.

Aunque no todos están abiertos al contacto físico, respetar los límites y contextos de cada persona es esencial para que este gesto sea realmente significativo.

Como concluyeron los especialistas de la UNAM, un abrazo consensuado puede marcar la diferencia entre el estrés y el bienestar, entre la soledad y el sentirse acompañado.

La próxima vez que lo necesites o alguien a tu alrededor lo requiera, recuerda que un abrazo puede ser más que un simple gesto: puede ser un refugio, una medicina, una celebración de la vida misma.

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