En las profundidades de Pompeya, los arqueólogos han desenterrado uno de los mayores complejos termales privados de la antigua ciudad romana. Este descubrimiento se realizó en una villa romana cerca de Nápoles, donde los expertos han trabajado intensamente durante los últimos dos años. El sitio revela una estructura diseñada para ofrecer lujo y confort a los visitantes de la villa antes de disfrutar de un elegante banquete.
Las impresionantes instalaciones termales
El complejo cuenta con una serie de baños termales que siguen un formato similar al de otras instalaciones romanas. Los invitados comenzaban su experiencia en un vestuario que podía albergar hasta 30 personas, donde se despojaban de sus ropas. Posteriormente, pasaban al "caldarium", una sala con baño caliente, luego se relajaban en el "tepidarium", una sala templada, y finalmente se sumergían en una piscina de agua fría en el "frigidarium".
La sala fría es especialmente notable por su gran piscina ubicada en el centro de un patio porticado de 10 metros de lado, una característica única en la antigua Roma. Este espacio destaca la sofisticación de la villa y la importancia de los baños en la vida social romana.
Un lugar para banquetes y política
El paso directo desde los espacios termales hacia una gran sala de reuniones sugiere que la villa estaba diseñada específicamente para banquetes suntuosos. Estos eventos no solo eran ocasiones para disfrutar de una excelente comida, sino también para que los anfitriones aseguraran el consenso político de los invitados, promovieran candidaturas y afirmaran su estatus social.
La preservación de Pompeya por la erupción del Vesubio
El complejo termal fue enterrado por las cenizas del Vesubio en el año 79 d.C., un acontecimiento que, aunque devastador, resultó en la preservación casi intacta de muchos edificios, ofreciendo una visión única de la vida romana en esa época.
AFP