ABRAHAM BOTE TUN
La canción Turista de Bad Bunny, parte de su más reciente álbum Debí tirar más fotos, evoca la sensación de estar recostado en una hamaca junto a esa persona especial que llegó a tu vida de manera inesperada, sin buscarla, como esas cosas buenas que crees que nunca te sucederán, pero que cambian todo cuando lo hacen.
Es una canción llena de pura nostalgia, que nos invita a contemplar fotografías y publicaciones que permanecen en el mundo virtual, pero también en lo más profundo de nuestra alma.
Habla de esos momentos que ya no existen en el plano físico, pero que siguen vivos en el ámbito espiritual y en los rincones de nuestra mente.
Al mismo tiempo, el álbum mezcla ritmos que invitan a bailar con melodías que acompañan las lágrimas al recordar viejos tiempos: la infancia, un amor perdido, un familiar que ya no está o amistades que la distancia ha alejado.
La portada, que muestra dos sillas frente a frondosos árboles de plátano, causó sensación en las redes sociales, ya que remite a los patios familiares de muchas casas latinoamericanas.
Sin embargo, estos espacios han desaparecido en muchos lugares, reemplazados por concreto y desarrollos inmobiliarios, convirtiéndose en una metáfora de lo que hemos perdido con el paso del tiempo.
Una metáfora sobre la turistificación
Para la abogada Carla Escoffié, "Turista" es más que una canción nostálgica; es una metáfora de la turistificación. Este fenómeno ocurre cuando gobiernos y empresas priorizan los intereses turísticos sobre los derechos de los residentes locales, transformando comunidades en destinos que reflejan ideales turísticos, pero no realidades locales.
Ejemplos de esto se observan en lugares como Oaxaca, San Cristóbal de las Casas y Xochimilco, donde los habitantes enfrentan desplazamientos y pérdida de identidad cultural debido a políticas orientadas al turismo.
Impacto en redes sociales y tendencias
"Turista" ha generado múltiples tendencias en plataformas como TikTok. Los usuarios han utilizado el tema para recordar momentos especiales, desde despedidas de seres queridos hasta reflexiones sobre cambios en sus vidas.
Bad Bunny mismo se conmovió al ver estos videos, compartiendo su emoción con sus seguidores. La canción y su impacto reafirman el poder de la música para conectar con historias personales y abordar problemáticas sociales.